Wednesday, July 25, 2012

Adiós a un hombre de excelencia.
¿Y cómo uno se despide de un hombre de excelencia? Primero debo aclarar que no se trata de una celebridad, un famoso, un rico o un deportista internacionalmente conocido.
Si la excelencia se mide por la admiración, el respeto y el cariño de sus amigos, entonces este era un hombre extraordinario.  Y tenía amigos en diversas partes del mundo, de diferentes culturas, amigos por muchos años, de su vecindario, de su lugar de trabajo, por los padres de los amigos de sus hijos…
Si la excelencia se mide por la familia que uno construye, mi amigo fue de los mejores. Llevaba casi 30 años de casado y de este matrimonio con mi mejor amiga han germinado tres inteligentes jóvenes. Estos niños son como cualquier padre quisiera a sus hijos. Son respetuosos, inteligentes, educados, y se han graduado con honores de sus estudios.
Algunos miden la excelencia por los resultados profesionales. Cuando nos graduamos hace treinta años mi amigo vino a los Estados Unidos y comenzó a trabajar como camarero en una empresa de cruceros. Al fallecer era uno de los directores de esa empresa, que es la segunda más importante del mundo en su categoría. Su perseverancia, seriedad y estudios lo llevaron al máximo en el área profesional.
Pero creo que tal vez la excelencia más difícil se logra al saber morir. Desde que lo diagnosticaron con cáncer hizo todos los tratamientos que le indicaron, pasó por todos los dolores y pesares. No vi jamás desesperación en su rostro, ni renegó, ni se impacientó.  Y fue duro. ¿Cuan duro puede ser no poder respirar por tener los pulmones llenos de líquido?
Ese hombre fue un hombre de excelencia porque dejó un legado de amor a su paso. Creo que lo único que puede decirse en este momento es: Gracias.

Sunday, July 15, 2012


Nuestros fracasos y nuestros éxitos, nuestros errores y nuestros aciertos, lo bueno y lo malo que hicimos, todo eso es parte del pasado que no podemos cambiar. Todo lo vivido y hecho han sido peldaños para llegar al lugar a donde  estamos. Lo que importa realmente es quienes somos en este instante y hacia donde nos dirigimos. El día de tu cambio personal es hoy, y el momento es ahora. El pasado deber ser utilizado como un yugo, y puestos de pie sobre él deber verse en nuestra frente la estrella que ilumina y mata.

Cuando nací, sin sol, mi madre dijo:
—Flor de mi seno, Homagno generoso
De mí y del mundo copia suma,
Pez que en ave y corcel y hombre se torna,
Mira estas dos, que con dolor te brindo,
Insignias de la vida: ve y escoge.
Éste, es un yugo: quien lo acepta, goza:
Hace de manso buey, y como presta
Servicio a los señores, duerme en paja
Caliente, y tiene rica y ancha avena.
Ésta, oh misterio que de mí naciste
Cual la cumbre nació de la montaña
Ésta, que alumbra y mata, es una estrella:
Como que riega luz, los pecadores
Huyen de quien la lleva, y en la vida,
Cual un monstruo de crímenes cargado,
Todo el que lleva luz se queda solo.


Pero el hombre que al buey sin pena imita,
Buey vuelve a ser, y en apagado bruto
La escala universal de nuevo empieza.
El que la estrella sin temor se ciñe,
¡Como que crea, crece!
Cuando al mundo
De su copa el licor vació ya el vivo:
Cuando, para manjar de la sangrienta
Fiesta humana, sacó contento y grave
Su propio corazón: cuando a los vientos
De Norte y Sur virtió su voz sagrada,—
La estrella como un manto, en luz lo envuelve,
Se enciende, como a fiesta, el aire claro,
Y el vivo que a vivir no tuvo miedo,
¡Se oye que un paso más sube en la sombra!


—Dame el yugo, oh mi madre, de manera
Que puesto en él de pie, luzca en mi frente
Mejor la estrella que ilumina y mata.

José Martí