Si pudiéramos reunir a siete expertos mundiales en
historia y arqueología del Medio Oriente con especialización en Israel, al final
de un tiempo no muy largo sería posible escuchar prácticamente todo lo que
sabemos científicamente sobre el paso de Cristo Jesús por este mundo. No sería
muy complejo el análisis de los textos de los historiadores de ese tiempo que
hicieron referencia a los hechos, las evidencias materiales…Pero al
final conoceríamos sobre Jesús, pero
no conoceríamos a Jesús.
En el mundo moderno conocemos mucho sobre las
celebridades, y existen fanáticos que conocen hasta las intimidades de sus ídolos.
La realidad es que conocer sobre una persona no es lo mismo que conocer a esa
persona o querer profundamente a esa persona.
Por otro lado, si le preguntamos a siete personas
cúal es en su opinión la mejor madre del mundo, es muy posible que obtengamos
siete respuestas diferentes. Tal vez el argumento más escuchado será: “yo la
conozco, ella es la mejor madre para mí”.
Creo que así de personal es la relación con Jesús,
es imprescindible conocerlo para poder amarlo. El propósito de conocer a Jesús
tiene que ser personal, y una vez que se decide hay que entregarle esfuerzo,
compartir tiempo juntos, escucharle, meditar su palabra, escucharle y hablarle.
En estas Navidades donde se ha tomado una fecha
para marcar el nacimiento del que fijó un antes y un después en la historia, el
niño Dios nos invita una vez más a conocerlo, y la bola está de nuestro lado,
es nuestra decisión.
Feliz Navidad
Estela Teresita Delgado