Tuesday, April 2, 2019

Un caso de familia


Un caso de familia

El Caribe ha sido una región que ha tenido cierta inmigración entre las islas. Hasta donde se Juan Simón Dumois nació en 1794 en República Dominicana, y de acuerdo con su apellido, tenía origen francés. Recordemos que la revolución de Haití fue de 1791 a 1804, destruyendo las plantaciones del país que era hasta ese punto el mayor productor de café del mundo.

En algún punto este hombre emigró a Cuba y comenzó a trabajar en el almacén del Sr. Luis Gessé en Santiago de Cuba, y en los primeros años de la década del 20 comenzó a establecer una plantación de café en la zona de La Gran Piedra. Juan Simón se casó con la Santiaguera Luisa Francisca Gessé, hija de su jefe.

En 1870 Juan Simón se mudó a Baracoa y se asoció con el comerciante José Tur y comenzaron la empresa “Tur y Dumois”. También comenzó una plantación en Cayo Saetía y Levisa. En 1877 se estableció en el oeste y fundo junto a Juan de Cárdenas y Delfín Pupo Cruz la empresa Dumois y compañía.

 El hijo primogénito de Juan Simón, Hipólito Dumois y algunos de sus hermanos en 1877 fundaron en Banes la empresa “Banes Fruit Company”. Esta empresa tenía más de 8000 caballerías y era una de las más importantes empresas agrícolas de la isla y una de las mas importantes empresas bananeras del Caribe. Eran los mayores exportadores de bananos a los Estados Unidos.

De nuevo una contienda armada movió los destinos de la familia. Durante la guerra de independencia, el 11 de agosto de 1896 los mambises quemaron las plantaciones. Los Dumois partieron a los Estados Unidos y participaron en la creación del consorcio “Boston Fruit Company”. Esa empresa unida a otros accionistas se convirtió en 30 de marzo de 1899 la famosa United Fruit Company.

Esta empresa fue un elemento fundamental en la creación de la riqueza del padre de Fidel Castro, el que le contrato fuerza de trabajo a la United Fruit, luego de casarse en primeras nupcias con la hija de unos de los directivos de la empresa. José Rafael Diaz Balart era uno de los abogados principales de la United Fruit Company, y Fidel Castro Ruz se casó con su hija en primeras nupcias.

Estela Teresita Delgado

Monday, April 1, 2019

El hijo prodigo





El hijo prodigo.

En sacerdote Luis Pacheco en su homilía de esta semana sobre la parábola del hijo abordó buen punto. El hijo prodigo llego a la conclusión que había actuado mal porque empezó a sufrir necesidad y tenia hambre. No fue un gran cambio de corazón y mente, fue la necesidad la que lo impulsó.

Al llegar a la casa del padre el mismo no le pregunta el por qué regresa. Dice el evangelio que “Estaba todavía lejos, cuando el padre lo vio, y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, echándole los brazos al cuello y lo cubrió de besos”.

El sacerdote Pacheco nos preguntó: ¿por qué están hoy aquí? ¿El esposo o la esposa o los padres los obligan? ¿necesitan hacer relaciones para vender sus productos? ¿lo hacen por costumbre?  Los motivos realmente no importan, lo cierto es que están aquí y Dios puede actuar en ustedes.

Los caminos del Señor son inesperados, caprichosos, en ocasiones incomprensibles.

En mi caso personal cuando decidí salir de Cuba decidí quedarme en la primera oportunidad, aunque fuera la Conchichina. El lugar resultó ser España. En ese punto no sabía ni siquiera una oración. Comencé a trabajar como acompañante de una señora católica consagrada en la Tercera Orden de los Franciscanos y hacia con ellas laudes, vísperas y rosario todos los días, vía crucis en Cuaresma y tuve días de ir a Misa hasta tres veces.  Conocí al Movimiento “Familias de Nazareth” y me encontré con uno de los mayores regalos de mi vida, mi guía espiritual el sacerdote Enrique Rexach Morales, que en gloria este. Hice mi catecismo y encontré respuestas a todas mis preguntas. Lo que me permitió conocer este nuevo maravilloso mundo no fue mi decisión, fue una necesidad. Pero gracias a ello, comprendí y decidí conscientemente qué hacer.

En el aspecto social, son hechos fortuitos los que guían el camino. En ocasión del tornado de Cuba vimos en las redes una doctora que servia al sistema, hacia lo que consideraba correcto, y esta situación y la generosidad de una vecina que consideraba casi su enemiga le hizo ver todo de una manera diferente.

Con nuestras palabras y acciones debemos trabajar día a día para que una mayor cantidad de cubanos comprendan la verdad. Un día a la vez, un cubano a la vez. Mientras más cubanos repitamos la operación, el tiempo se acortará.

Estela Teresita Delgado




El reto de los buenos




 Posiblemente algunos quieran ser calificados como “malos” para atemorizar, diferenciarse de los demás o algún otro objetivo retorcido. Creo que la mayoría de las personas le gustan que los consideren buenos. Tal vez seria piadoso decir que todo el mundo es bueno, pero en ocasiones actúan mal o en punto del camino desvían su rumbo.

Los buenos tienen muchos retos. El profeta Jonás fue enviado a pregonar a Nínive, y tomó el rumbo contrario para no enfrentar la tarea. Cuando fue enviado por segunda vez hizo tan bien su trabajo que los habitantes de la ciudad se arrepintieron y pidieron perdón. Cuando Dios los perdonó, Jonás se enojó porque había quedado mal.

El fariseo creía hacer todo bien y menospreciaba al resto. En su oración decía: “Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano, ayuno dos veces a la semana, diezmo de todo lo que gano”.

En el parabala del hijo pródigo, el hijo mayor que cumplía con todo como debía, cuando vio que el padre perdonaba al hijo que se había equivocado dice el evangelio:” El hermano mayor se enojó y no quería entrar”.

Aunque estemos en lo correcto, menospreciar a los demás, quitarles a otros la oportunidad de rectificar su rumbo, sentirnos superior, querer tener la razón a costa de resaltar los errores de otros, esas y otras actitudes no son lo mejor del ser humano.

Al tratar del tema de Cuba considero que como dijo San Juan Pablo II “sin justicia no puede haber verdadera paz”.

Además de ello, es necesario reconocer que hemos tenido condiciones que han propiciado que muchos compatriotas hayan desviado su rumbo. Sin una MASA CRITICA del lado correcto no se puede ganar la guerra, y ese tiene que ser el objetivo. Llamar al cambio individual y acoger a los arrepentidos es necesario, y además aplicar la justicia en los casos que proceda.

Estela Teresita Delgado