La mesa que no tenga sus cuatro patas de igual tamaño, sólidas y
bien ajustadas al tablón de encima, es
muy posible que no pueda cumplir su función. Ese es el caso de la economía
cubana. Las patas de esa mesa son las siguientes:
1.
Economía
socialista del hogar. Llamo así al hogar que depende total y absolutamente de
un salario asignado por el sistema. Es difícil lograr pureza total de este caso
sin que al menos exista alguna otra fuente de ingresos. Esto lo sustenta las cifras dadas por la Oficina Nacional de
Estadísticas (ONEI), la que anunció que el salario promedio mensual en Cuba
aumentó de 471 pesos en el 2013 a 584 en el 2014. Es decir, el salario del cubano
subió de alrededor de 18 dólares a 23 dólares.
El costo de
vida en la isla es mucho mayor que el salario que se devenga, la
realidad es que no alcanza.
La mayoría de los ciudadanos cubanos pertenecen a
esta categoría pero reciben la menor
cantidad de recursos. Ellos son los que trabajan y crean riqueza pero su vida
está llena de penurias y estrechez.
2.
Emergente
sector privado. Los ciudadanos que pertenecen a este sector tiene una mayor
holgura económica y en ocasiones logran
éxitos admirables. No obstante, es
importante señalar que esta pata de la mesa es muy pequeña, algunas cifras
hablan del 27.7% de la fuerza laboral, unos 444,000 ciudadanos. El mercado informal
del mercado negro también pertenece a esta pata, pero su número no está
precisado.
Este sector tiene que enfrentar todas las
presiones del estado para evitar que los trabajadores por cuenta propia se vuelvan ricos. Eso inlcuye altos
impuestos, burocracia, limitación de oficios a los que se pueden ocupar, falta
de mercado mayorista, ausencia de créditos y otros factores adversos.
3.
Sector
empresarial socialista. El sector
representado por esta pata es el que ofrece empleos a la primera pata antes
mencionada. Se caracteriza por la burocracia y la ineficiencia. Esto está
demostrado por el hecho que es necesario importar casi todo lo que se consume
en la isla.
De este sector salen muchos de los productos del
mercado negro, pues el ciudadano tiene que recurrir al robo ante los abusos que
ellos mismos sufren.
4.
Economía
de la élite. La mayor parte de la élite
no es realmente conocida por la mayoría del pueblo, aunque sí utilizan a cierta
cantidad de ciudadanos como instrumentos para sus operaciones. El nivel de vida
de la élite puede competir con el nivel de los empresarios que si se ganan con
su trabajo los ingresos que tienen. No está claro el destino de los dineros que
generan a partir de los medios del estado, muchos de esos ingresos ni siquiera
entran al presupuesto estatal. Vamos a mencionar algunos elementos que pueden
dar una idea :
a.
En febrero
del 2015 se dio a conocer que el banco suizo HSBC fue multado por operaciones
irregulares, las que incluían 29 cubanos residentes en Cuba, dueños de 70
cuentas por la cantidad de $83.8 millones de dólares. Antes habían sido
multados los bancos Credit Suisse y UBS.
b.
La
corporación CIMEX contaba con 61 empresas en el exterior. No existe
transparencia de sus aportes al presupuesto del estado. Es decir, no benefician
a los hospitales (su número ha disminuido), las escuelas, las carreteras y
otros sectores para beneficio de la población.
c.
La
mayor parte de la comercialización de la zona franca está en manos de
militares, los que comercializan el 38% de los alimentos, 93% de los cosméticos
y el 35% del calzado.
d.
La
mayor cantidad de ingresos por el turismo los maneja el grupo GAESA (Grupo de Administración
empresarial S.A. Ese grupo está dirigido por Luis Alberto Rodríguez Calleja,
yerno de Raúl Castro y padre de sus nietos preferidos. Ese grupo es el dueño de
las cadenas de tiendas TRD, Havanatur, Havanautos, Banco Financiero
Internacional, Tecnotec, Aerogaviota, Gaviota hoteles, y muchísimas empresas
más.
e.
El
banco Havana International Bank con sede en
Londres estaba a nombre de Fidel Castro, quien también figuraba como dueño de la mitad de otro banco de Londres.
Mucha información está disponible, pero la
población en Cuba no la conoce. La dirección del país no tiene que rendir
cuentas a nadie. No existen leyes o institución que le pueda exigir. La
población está obligada a violar las leyes, hasta que los sorprenden y van
presos. Los grandes ladrones son los que están al mando porque esta forma de
operar es la que genera corrupción.
Es por ello que la democracia es necesaria. Lo que
procede es que los funcionarios rindan cuentas, que exista transparencia y que
las leyes que regulen las actividades administrativas con imparcialidad. Los
ciudadanos que trabajan y producen merecen no sólo conocer lo que realmente
ocurre, sino también disfrutar de prosperidad y bienestar.
A Dios le pido que un día
la economía de la isla no sea una mesa de cuatro patas que se tambalea siempre
hacia el mismo lado. Ojalá y tengamos un sólido baluarte para el bien de todos.
Estela Teresita Delgado