Bien para todos?
En un sistema democrático por lo
regular no se regala mucho. El éxito de una democracia radica en el hacer
accesible a la mayor cantidad de ciudadanos posible la oportunidad de tener
éxito en sus proyectos personales.
El pueblo cubano ha vivido durante los
últimos 55 años un sistema de partido único y actualmente una gran cantidad de
ciudadanos cubanos viven en la total pobreza, caracterizada por falta de
alimentos, pésimas condiciones de vivienda, escaso transporte y otras carencias
personales, incluso de los preciados artículos de aseo personal, los que son
básicos en un clima tropical.
En la clausura del último congreso de
trabajadores el secretario del partido comunista dijo textualmente que no se
pueden subir los salarios porque para distribuir riqueza primero hay que
crearla. Es decir, en 55 años no han sido capaces de producir riqueza a pesar
de acumular millones de dólares en deuda con casi todo el mundo. La economía
del país está en bancarrota y ya casi no tienen de donde sacar.
Es en ese marco que se ha convocado
para el sábado 29 de marzo una reunión extraordinaria de la asamblea del Poder
Popular para aprobar una nueva Ley de Inversiones Extranjera en la isla.
Las bases de esta legislación son
falsas. El ciudadano cubano de a pie no tiene acceso a crear corporaciones,
empresas privadas, y su trabajo por cuenta propia esta duramente grabado para
que no pueda enriquecerse. Por otro lado, el gobierno busca recursos externos
para sostenerse en el poder.
El problema de la inversión extranjera
tiene un fuerte problema de credibilidad. Aprobaran leyes para garantizar la no
expropiación y respeto al capital invertido, pero similares leyes existían en
1959 y las propiedad fueron expropiadas y aún no se han compensado a sus legítimos dueños por el despojo al que
fueron sometidos. En fechas recientes varios extranjeros han sido expropiados
de sus inversiones, algunos han muerto o están en la cárcel, y el estado se ha
adueñado de sus propiedades.
La legislación plantea que las inversiones, por ejemplo, no podrán ser
expropiadas, salvo motivos de utilidad pública o interés social previamente
declarados por el Consejo de Ministros. Ahí está el detalle, el consejo de
ministros, todos del partido comunista, aprueban lo que dicte su secretario general
(No olvidemos que se trata de una dictadura)
Sobre las modalidades de inversión
extranjera que se aplicarán, aclararon que el Proyecto de Ley propone que sean
realizadas en calidad de empresa mixta, contrato de asociación económica
internacional o empresa de capital totalmente extranjero. El socio nacional
siempre tiene que ser el estado cubano o una empresa que le pertenezca.
Los «contratos de asociación económica
internacional» clasificarían en las modalidades de contratos a riesgo para la
exploración de recursos naturales no renovables, la construcción, producción
agrícola, administración hotelera, producción o servicios y para los contratos
de prestación de servicios profesionales.
En cuanto a los trabajadores que laboren en estas
actividades serán, por lo general, cubanos o extranjeros residentes permanentes
en Cuba, mientras que las personas no residentes permanentes que se contraten
estarían sujetas a las disposiciones de inmigración y extranjería vigentes.(
Sólo los que ellos autoricen pueden entrar en el juego)
También se propondrá a los
parlamentarios que el personal cubano o extranjero residente permanente en el
archipiélago que preste servicios en las empresas mixtas, sea contratado por
una entidad empleadora propuesta por el Mincex y autorizado por el Ministerio
de Trabajo y Seguridad Social. Es decir, el trabajador cubano seguirá
esclavizado por el estado.
Proyecto sometido a consideración de los
legisladores prevé para los inversionistas foráneos un régimen especial de
tributación que es realmente ventajoso, mientras que la los cuentapropistas
nacionales que tanto hacen para sobrevivir son exprimidos hasta el último
centavo.
Por ejemplo, se propone la exención del pago del impuesto
sobre los ingresos personales a los inversionistas extranjeros socios en
empresas mixtas, o partes en contratos de asociación económica internacional,
por los ingresos obtenidos a partir de los dividendos o beneficios del negocio.
También se les aplicaría a estos y a
los inversionistas nacionales (que siempre serán personas jurídicas, dentro de
lo que se incluye a las cooperativas —al parecer tanto agropecuarias como no
agropecuarias) un tipo impositivo del 15 por ciento sobre la utilidad neta
imponible. Es decir, los privilegiados funcionarios que utilizaran el dinero
del pueblo se enriquecerán legalmente.
Se eximiría del pago de impuesto sobre
utilidades a las empresas mixtas y partes en los contratos de asociación
económica, por un período de ocho años a partir de su constitución —y el
Consejo de Ministros podrá extender el período—, entre otros beneficios sobre
el tema.
No obstante, según consta en el
proyecto facilitado a la prensa, cuando «concurra la explotación de recursos
naturales, renovables o no, puede aumentarse el tipo impositivo sobre
utilidades, por decisión del Consejo de Ministros. En este caso puede elevarse
hasta un 50 por ciento».
Las empresas mixtas y los
inversionistas nacionales y extranjeros partes en contratos de asociación
económica internacional, o las empresas mixtas, también podrían ser
beneficiadas con bonificaciones de hasta el 50 por ciento en varios impuestos,
según sea el caso.
No podría aspirarse nada diferente. Esta ley es un bochorno y
poco aportará al pueblo de Cuba. Es inmoral que unas empresas que se benefician
con las ventajas de la libre empresa, acepten invertir en un país donde se
aplasta al ciudadano común.
Estela Teresita Delgado