En la isla de Cuba actualmente está vigente la
Constitución Socialista aprobada en 1976. Ese documento fue modificado con un
decreto en junio del 2002, en el que se establece que el socialismo es
irrevocable. Está muy claro entonces que para los cubanos que defendemos un
sistema de varios partidos políticos el primer paso es trabajar para que ese
documento no sea el que rija la vida de la nación.
¿Cómo lograr lo antes mencionado? No parece muy razonable
esperar un decreto de la actual asamblea nacional, en la que de los 601
diputados 535 son militantes del partido comunista, y los que no lo son
oficialmente, por el hecho de ser parte del gobierno parecen apoyar los
lineamientos de ese órgano político.
Entonces todo parece indicar que la vía que queda
es un plebiscito en el que el pueblo exprese libremente si quiere que se
mantenga la constitución socialista o no. Sin embargo, para que este proceso
sea válido los ciudadanos tienen que ser verdaderamente libres de votar sin
presiones, un partido político único no puede ser el encargado de organizar el
proceso, debe existir supervisión internacional y los ciudadanos deben disfrutar
del libre acceso a la información y el debate.
Este es un paso para evitar el calificativo de
“inconstitucional” y el desgaste internacional que no permita avanzar en la
agenda nacional. ¿Entonces qué? Tenemos
que aceptar que estamos hablando de un corto período, lo más corto posible y no mayor de un año, donde una junta de
transición, con fuerza legal, ejecutiva y moral, dirija este proceso.
La junta de transición debe poner en vigencia de
inmediato el derecho de libre asociación, libertad de expresión, inviolabilidad
de la correspondencia y otros derechos humanos actualmente violados por el
actual gobierno de la isla.
Será imprescindible que esa junta ponga de
inmediato en libertad a los presos políticos y tome las medidas de urgencia que
permiten ayudar de inmediato económicamente a la población cubana que sufre en
la isla.
¿Quiénes serán los miembros de la junta? Yo creo
que deben ser cubanos con interés de solucionar los actuales problemas de
nuestro país. Sería muy recomendable que no tuvieran intereses a posiciones
políticas en un período inmediato, para que el ser juez y parte no enturbie el
proceso.
No creo que la junta se deba dedicar a inventar el
agua caliente. En la actual constitución socialista y en la constitución de
1940 existen recursos que permitirán el funcionamiento del gobierno hasta el
establecimiento de la segunda república. Por ejemplo, en la Constitución de
1940 se establece un proceso para el registro de los partidos políticos, y
sugiero que ese mismo procedimiento se ponga en vigencia.
Los actores principales de la democracia son los
partidos políticos, los que de acuerdo a su plataforma, compromisos y
principios, son capaces de reclutar partidarios en la población, los que
aprueban su proyecto y gestión por vía de los votos. Por lo tanto se hace
imprescindible de inmediato su registro.
Ya establecidos los partidos políticos y la
autoridad electoral se procederá a las primeras elecciones: elección de un
congreso constituyente. Esos delegados serían los encargados de introducir las
modificaciones necesarias en la constitución de 1940 para su actualización, el
establecimiento de las instituciones democráticas y la convocatoria a la
primera elección presidencial de la segunda república.
Se traspasará los poderes al nuevo presidente
elegido democráticamente por el pueblo, y ese debe ser el comienzo un nuevo
período de prosperidad.
Resumen de tareas para la junta de transición
1.
Plebiscito
para eliminación de la actual constitución de la isla
2.
Liberación
de los presos políticos
3.
Registro
de partidos políticos
4.
Medidas
de urgencia para aliviar la situación económica de los ciudadanos cubanos
5.
Organización
de las elecciones del Congreso Constituyente
6.
Apoyo
al congreso hasta la entrega del poder al primer gobierno de la segunda
república.
Algunos me dirán que en papel todo parece fácil
pero que no es posible llevarlo a la práctica. Y la respuesta a eso cae por sí
misma, si otros lo han logrado, ¿por qué nosotros no podemos hacerlo?
Estela Teresita Delgado
