Así como un frondoso árbol nace
de una diminuta semilla, muchas grandes obras comienzan con un sueño, una decisión,
un proyecto. Luego se analizan las acciones necesarias para construir esa nueva
realidad, se comunica y se contagia el proyecto, hasta que finalmente se pone
manos a la obra.
Le pondré ejemplos de victorias
que no se han logrado super hombres. Hombres sencillos y mujeres comunes han
sido capaces de movimientos enormes que han llevado al final de sistemas
políticos que parecían ser gigantes.
Los pueblos bálticos, Estonia,
Letonia y Lituania estaban bajo la dominación soviética. En sus protestas
comenzaron a cantar, y el carácter pacifico de las acciones permitió evitar el
derramamiento de sangre.
El 23 de agosto de 1989 mas de
1,5 millones de personas se dieron la mano y formaron una frontera simbólica
frente a la URSS, cubrieron 560 kilómetros pasando por Riga y terminando en
Talin.
En noviembre del 2003 en Georgia
se hicieron manifestaciones con Rosas en protestas a elecciones amañadas y se
tuvo que convocar a otras elecciones. En Ucrania se hizo en el 2004 la
revolución naranja y se tuvo que convocar a otras elecciones, el 24 de marzo
del 2005 en Kirguistán se hizo la revolución de los tulipanes y se emancipo de
los rusos. Por medio de la revolución
del cedro el Líbano en febrero del 2005 se liberó de Siria.
Todas estas fueron revoluciones
populares, pacifistas, prooccidentales.
Lo primero es el sueño y
contagiar, promover el sueño. En Cuba estamos en la batalla por el NO. Por
demasiado tiempo estábamos tan inertes como el pedrusco en el cementerio de
Santa Ifigenia. Si logramos una
movilización masiva por el NO, la victoria será segura. Luego que un pueblo
tiene un sueño, su marcha será imparable.
No más continuidad al fraude, la
corrupción, y la burla al pueblo de Cuba. El llamado es Votar No a la
constitución.
Estela Teresita Delgado
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