Tuesday, December 30, 2014

La fuerza de la fe


              En la Biblia se describe a Goliat, un guerrero de los filisteos, como un hombre de unos dos metros de altura. El gigante tenía una fortaleza descomunal, baste decir que la coraza que lo protegía pesaba sesenta kilogramos y  poseía una lanza con una punta de bronce que pesaba 7 kilos. Debió ser algo espeluznante.

Cuando Goliat retaba a los judíos todos temblaban, pero no David. El jovencito recién llegado expresa una frase que produce asombro: “¡Quién es ese filisteo incircunciso para que insulte a las tropas del Dios vivo!”

David era casi un niño y por supuesto, mucho menos fuerte que Goliat. Muchos le trataron de hacer desistir y el volvió a decir: “De la misma manera que Yavé me ha librado de las garras del león y de las zarpas del Oso, así también me librará de las garras de este filisteo”

La confianza de David era total, rotunda, inquebrantable. El joven expresó su seguridad que la victoria no dependía de una lanza o una espada.

Los cubanos por mucho tiempo hemos tenido falta de confianza en que podemos derrotar a los hermanos Castro. Ese sentimiento está justificado, fueron muchos los fusilados, los presos, la persecución, las delaciones. Ese es el único motivo por el que todavía se han podido mantener en el poder.

Aún son pocos  los valientes, pero cada día son más. Y las cárceles no tienen una capacidad infinita. En cuanto se llegue a una masa crítica la cantidad de personas que creen en la posibilidad del cambio;  y todos actúen al mismo tiempo, ese día termina la tragedia.

Tengo confianza absoluta que la libertad de Cuba depende de la voluntad de Dios, el sólo espera que confiemos en El, que la pidamos, y que actuemos en la verdad. ¡Ya vamos llegando!   

Estela Teresita Delgado

Saturday, December 27, 2014

Recuerdos de Navidad


La época de Navidad es para algunos los días de compras o los días de cocinar mucho y comer bastante. En estos días los recuerdos vienen a mi mente como en nubes.
De la primera Navidad lo que me viene a la mente es la imagen de mi tío Florentino.  Estaba sentado muy ceremonioso con un traje color cremita, sus ojos grandes, su mirada buena y aquel bigote bien negro que llevaba. Se comportaba con mucho respeto en la mesa, pero se sentía más bien contento.
En aquel entonces tendría yo seis años o menos, porque aún vivíamos en la primera casa de la familia. La vivienda era muy humilde y sencilla, pero en mi mente quedó fijada la imagen de una mesa muy bonita y bien provista.
Otro recuerdo de aquellos años era el ir con mi mamá y mis hermanas a cortar un arbolito. Cerca de la casa había mucha manigua, y siempre encontrábamos alguno que tuviera muchas ramas y donde podíamos colgar las bolas brillantes (que eran las mismas desde siempre), luego que lo forrábamos de algodón.
Un domingo en la oscuridad de un cine miré un noticiero antes de la película, en el que Fidel con una boina y moviendo los brazos como era su costumbre dijo una frase que yo no alcanzaba a comprender: ¡Abajo las tradiciones!
Por muchos años las navidades quedaron borradas, no hubo más cenas, ni avellanas, ni nueces ni turrones.
De esos días quedaron por un tiempo más el regalo de los reyes. A cada niño le “tocaba” un juguete básico (el mejorcito) y dos no básicos. El proceso cada año de colas y la creatividad de los burócratas era increíble, pero eso ya llevaría otro artículo.
A mi madre siempre le quedó la nostalgia de la Navidad. Si hablaba del tema suspiraba y sus ojos recordaban el pasado. Siempre fuimos pobres, pero de alguna manera siempre habíamos celebrado la Navidad hasta donde recuerdo.
Ya adulta me asignaron a trabajar en Alemania Federal y ahí volví a recuperar el sentido de estas fiestas, y de las vidrieras hermosas y las luces de colores. En cuanto pude le compré a mi mamá un arbolito, bolas bonitas y un Santa Claus de cuerda que balanceaba una campanita acompañado por la canción Jingle Bell. Mi madre adoraba su Santa Claus.
Siempre estaba trabajando en estas épocas, porque los que trabajamos en servicio precisamente tenemos más actividad cuando otros se divierten. Pero decidí tomarme un descanso y celebrar la Navidad en familia.
En esa época ganaba yo en divisa y eso en Cuba lo ponía a uno en ventaja. En aquella enorme mesa no faltó realmente nada: puerco, pollo, jutia y pescado,  arroz, frijoles, yuca, manzanas, turrones, uvas, manzanas, nueces, avellanas, vino, ron, cerveza, pudin, y flan.  
Nos reunimos casi treinta personas y tuvimos que unir tres mesas para poder comer a la misma vez. Toda la familia y algunos amigos estaban presentes. No sé que me dio por ser tan botarate, pero lo hice. Nunca habíamos tenido ni creo que volvamos a tener una mesa así.
Nunca olvidaré aquella celebración porque fue la última en la que estuve con mi madre, fue realmente una despedida. Yo no lo sabía cuando estaba participando en ella, y la veía tan contenta que  eso me llenó de júbilo. Unos meses después de una manera súbita fue llamada con nuestro Señor.
Por eso ahora en estas Navidades tengo presente al niño Dios, su nacimiento, pero también para mí Navidad es mi madre. Ruego en esta navidad porque vengan días de prosperidad y alegría para todo mi país. Espero que pronto toda la familia cubana se una y que celebren el cumpleaños más importante de este mundo, el del niño que nos recuerda que Dios nos ama.

Estela Teresita

Navidad del 2014

Thursday, December 25, 2014

The Anti American issues on an American Policy


The Anti American issues on an American Policy
President Barack Obama has made use of his executive power, to ease the travel of American citizens to Cuba. The question is, which Americans?  A “regular” American will be able to travel, but an American born in Cuba that immigrated after 1970, will need to pay also more than $400.00 dollars for a Cuba passport, valid for only five years.
A “regular” American will just need to buy a tourist visa at the price of around $25.00 dollars. If you happened to be born in Cuba and came to this county after 1974 you will have to pay $250.00 dollars every two years.
In Cuba there are differences of classes within the citizens but as far as I understand, Americans are all equal. Is it American to accept those discriminatory regulations of the Cuban government?
American tourists will book their tour from a travel operator, but which one? At the present moment only a small group of operators have the exclusivity for organizing trips to the island. Of course, those companies contract the services from the exclusive agency of the state that is authorized to handle the passengers. Is that American?
Most travelers will visit the island by plane, but which one? At the present moment all the plains are charters contracted by those operators with the exclusivity described before. Taking advantage of their exclusivity, those operators overcharge the price of the air tickets: a flight from Miami to Orlando, Nassau or San Juan averages $300.00 or less; but the 45 minute flight to Cuba averages $475.00 (sometimes get to be more than $500.00) besides, charters should be cheaper, because costs are cheaper. I imagine possibly the cost of the seat should be around $75.00 dollars, therefore you can imagine of what kind of profits we are talking about.
 The only really American position is to established regular flights, available at all reservations systems and that could be booked by any travel agent. American companies should be able to enter by themselves in the market.
The regularize travel between the two countries take more than the desire of president Obama, it is also needed that the Cuban government update their regulations to normal standards. I hope that in the next round of negotiations those issues will be taken into consideration.

Estela T. Delgado

El fin de la Ley de Ajuste Cubano


El pueblo de Cuba realmente no se beneficiará el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos. Y una de las cosas que perderá, en mi opinión, es la Ley de Ajuste Cubano, una ley a la que le quedan unas pocas semanas de vida.

En el mes de enero se efectuará otra ronda de las conversaciones migratorias  entre los dos países. En esta oportunidad elevarán el nivel de los funcionarios por la parte americana, y es posible que la Sra. Roberta Jacobson esté al frente de las negociaciones. Es casi seguro que esa legislación se ponga sobre el tapete.

El mayor enemigo de la ley es la actual dictadura de Cuba. Ellos  siempre culpan a otros de las consecuencias de sus actos, por ello ha arremetido contra la ley de ajuste cubano alegando que esa legislación es la culpable que tantos cubanos estén desesperados por salir de Cuba. La dictadura pondrá el tema sobre la mesa y la administración Obama, que ha decidido ser muy complaciente con ellos, aceptará la solicitud de eliminarla.

Realmente la ley tiene muchos enemigos: los que envidian a los cubanos, los que protestan por el abuso de algunos,  los que no les importa que otros también tengan la oportunidad, en fin, la legislación tiene muchos detractores.

Quisiera dejar constancia al margen,  que en la historia siempre han existido legislaciones para proteger a ciudadanos de otros países, y existen acuerdos de protección temporal para otras nacionalidades como los nicaragüenses y hondureños, los haitianos tienen algo similar a los cubanos  y además existen otras alternativas migratorias. Pero el tema de los cubanos levanta ronchas.

¿Qué otras cosas veremos de la administración Obama? Algo en mi opinión positivo es que se devolverá la base naval de Guantánamo a Cuba. Eso es lo justo y quita un escoyo para conversaciones futuras. Con eso se pretenderá poner toda la atención sobre el tema y nadie se ocupe del tema de la ley de ajuste. La base se ha ido vaciando de prisioneros poco a poco y la evacuación de los militares se hará en un término rápido.

Otro tema que se tratará será lo de la emigración legal y la reunificación familiar, y sobre eso realmente es muy difícil hacer un pronóstico.

En fin, el único país en el que los cubanos durante años han podido legalizarse y construir el futuro que le está vedado en el suyo, muy pronto cerrará sus puertas. Eso es lo que opino, veremos que ocurre en la realidad. 

Estela T. Delgado