Sunday, April 28, 2013

Recuperar la patria


Recuperar la patria

Los cubanos llevan la patria a cuestas, y  gracias a eso hay un pedacito de Cuba en casi todos los rincones del mundo. En Miami se canta el punto guajiro, se cocinan prácticamente todos los platos típicos cubanos y  las frases cubanas están por doquier. Pero la patria es mucho más, y no sólo los exiliados necesitan recuperar la patria.

Estamos hablando que todos los cubanos podamos desarrollar nuestras habilidades y dones a su máxima expresión, que podamos tener acceso libre a la internet y la información del mundo, que podamos salir y entrar cuanto queramos y cuando lo elijamos y por el tiempo que decidamos. Estamos hablando de la posibilidad de elegir directamente al presidente que optemos y que nuestro voto ciudadano cuente.

Un país tan bello  y rico como el nuestro no tiene que vivir en la miseria. Los ciudadanos de una tierra tan bendecida no tendrían por qué tener que emigrar para realizarse profesionalmente. Estamos perdiendo a la juventud, porque ellos no ven futuro en la patria. Si el partido en el poder no ha podido solucionar los problemas de los ciudadanos en cincuenta años, lo lógico es que sea sustituido por alguno que esté a la altura del reto.

Pero si los  cubanos decidimos sustituir a un gobierno totalitario por un grupito que con su dinero quiera comprar las voluntades políticas, tendríamos el mismo perro pero con diferente collar. La competencia política no puede ser desigual, y por tener un puñado de dólares no se puede tomar ventaja. Es importante aprobar medidas que garanticen la transparencia, igual acceso a los medios de difusión y establecer límites para los gastos políticos.

Los cubanos podemos hacer un bello modelo, uno que funcione y que nos llenen de felicidad a todos. Es una tarea ardua, pero no hay objetivo que con la ayuda de Dios Todopoderoso no podamos lograr.

¡Patria y vida, porque la merecemos!

Saturday, April 27, 2013

Con un sorbito de café


Con un sorbito…de café


En una canción popular de los Brincos se brindaba por un gran amor con un sorbito de champagne. Eso implica una  ocasión muy  especial y exclusiva. Los cubanos hacen especial cada momento y nada es imposible de tratar con un sorbito de café.

Hace poco pude visité muchos amigos en Cuba y ya a la cuarta casa estaba saturada de café. Intenté rechazar una taza del “néctar negro de los dioses blancos”, como decía mi mamá, pero la mirada de desilusión fue tan grande en el rostro de quién me lo ofrecía que no me quedó más remedio que tomar una taza más.  Y no es fácil garantizar el café en Cuba, como no es fácil conseguir nada.  Pero prima la generosidad, el mirar a los ojos y el afecto sincero. 

En el barrio de una de mis hermanas son varias las vecinas que se comparten lo que consiguen y se ayudan como si fueran familia.  Cada uno es su casa, pero desde ella extienden la mano sin importar el color, la religión ni lo que hacen. Eso es uno de los secretos del cómo se logra sobrevivir en la isla en la actualidad.

Eso no es de ahora. Mi abuelita me contó que cuando mi madre estaba pequeña tenían una situación económica muy difícil.  Una mujer que se dedicaba a la prostitución no la saludaba a la vista de todos para “no perjudicarla”, pero por el fondo de la casa le pasaba por la cerca el plato de comida.

Brindo por las muchas personas que me han ayudado, por mis compañeras de clases que seguimos apreciándonos, por las amigas sinceras, por la generosidad de tantos. Y lo hago un cafesito cubano caliente, pequeñito pero fuerte.
La canción decía: "nunca te podré olvidar, porque me enseñaste a amar". Cuba hermosa, no te olvido porque te amo.