La mayoría de los
cubanos queremos que nuestro país sea próspero y ofrezca posibilidades y
bienestar a todos los ciudadanos.
También comprendemos que la actual dictadura jamás podrá proveer a los
ciudadanos de esa opción porque lo ha demostrado por más de 55 años y porque
sencillamente no le interesa. La palabra de orden entonces es “cambio”. Inmediatamente
después siguen lógicamente preguntas claves:
1. ¿Quién puede hacer ese cambio?
2. ¿Cuál es el
cambio que necesitamos?
3. ¿Cómo lograr
el cambio?
En esta
oportunidad voy a abordar el tema de quienes, en mi opinión, son los agentes de
cambio.
No basta tener
una postura irreconciliable con la dictadura para ser un agente de cambio. Por
ejemplo, tengo amistades que viven en Cuba que no están de acuerdo en lo
absoluto con el sistema, pero han encontrado una forma de sobrevivir al margen
y consideran que las penurias que pasan los otros bien merecidas se las tienen
por apoyar al régimen. Para ellos lo importante es mantener su supervivencia,
algo muy humano, y no están dispuestos a poner en peligro su posición. También
hay en la isla muchos que no apoyan al régimen pero que están desalentados y
consideran que un cambio es totalmente imposible. Alguien que quiero mucho me
dijo: “esto no hay quien lo arregle, pero no hay quien lo tumbe”. Esa posición
también es comprensible pues la opresión del sistema es enorme.
En el exilio
existen cubanos con una posición de total intransigencia con el sistema
comunista, lo critican al extremo, pero en mi opinión en la actualidad no son efectivos agentes
de cambio, Por ejemplo, algunos se han cansado por los años o las penurias sufridas; otros fueron tremendamente golpeados y
traumados y rechazan todo lo que tenga que ver con la isla, muchos también llegan a pensar que la victoria es un total imposible, otros tienen que luchar mucho para sobrevivir, o
sencillamente ya han rehecho su vida y han echado raíces en otras tierras.
Por supuesto
también hay que considerar la cúpula como un agente contrario al cambio, pues vería su posición en peligro y en mi opinión, nunca podra ser un agente de un cambio verdadero.
Sin embargo,
muchos de los ciudadanos que no son agentes de cambio para una arrancada si
pudieran incorporarse al proceso rápidamente, con excepción de la cúpula, y cuanto más cubanos se incorporen al proceso,
mejor.
¿Quiénes entonces
pueden ser los agentes de cambio? Y esa es precisamente la pregunta: ¿quién le
pone el cascabel al gato?
No importa si la
persona vive en Cuba o en el exterior, no importa si es viejo o joven, no
importa si salió al exilio a comienzos del proceso fidelista o en fechas
recientes, no importa su nivel educacional, no importan muchas cosas que nos
separan y nos dividen. Las características de un agente de cambio son:
1.
Un
agente de cambio tiene que amar a su patria apasionadamente, de manera que
trabaje infatigablemente hasta el triunfo.
2.
Debe
ser optimista, ilusionado y tener confianza en el futuro. El que desde un
comienzo piensa en la derrota, esta derrotado antes de comenzar.
3.
Debe
ser un multiplicador y no un divisor, debe sumar y no restar. Un proceso de
cambio se logra una masa crítica y un individuo solo o un pequeño grupo de
ciudadanos no puede lograr por sí solo el triunfo.
Ejemplos de
agentes de cambio en la actualidad en mi opinión son:
1.
Los
disidentes en Cuba que ponen su persona en juego cada día para llevar su
mensaje de resistencia y de una patria diferente. Son muy valiosos y valientes, pero no son
suficientes,
2.
Los
jóvenes, muy especialmente los jóvenes universitarios, que están ávidos de
oportunidades que el régimen no les provee. Una vez comenzado el proceso se
incorporarán masivamente al mismo.
3.
Los
cubanos emprendedores que quieren prosperar para ellos y sus familias y
enfrentan constantemente las trabas, altos impuestos y las regulaciones de la
dictadura.
4.
Los
cubanos en el exilio que desean vivir en su patria en libertad.
5.
Los
patriotas en general a los que le duele y avergüenza ver la patria en las
condiciones deplorables en las que se encuentra.
6.
Los
campesinos que viven en condiciones precarias, a los que el régimen no les
ofrece ningún futuro.
Son muchos más
las motivaciones del cambio y los grupos que pueden incorporarse al mismo. En
una primera etapa lo imprescindible es lograr la unidad en los objetivos y en
la promoción del proceso bajo una sombrilla que pueda unir los diferentes
grupos: CUBA PARA TODOS.
Ofreceré mis puntos de vista sobre las otras dos preguntas que hice al comienzo de este escrito próximamente.
Estela Teresita Delgado