Tuesday, January 13, 2015

Oración por mi madre


Son muchas las cosas que debo agradecerle a mi madre, pero indudablemente una de las herencias  más importantes fue el amor por la lectura.

Mi madre leía siempre, leía cuanto podía. Esa no era tarea fácil, con un hogar, siete hijas, mi abuelita en un silla de ruedas, y todos dependiendo del exiguo salario de mi padre.  El procurar los alimentos le llevaba mucho tiempo, el cuidar de todos, el mantener la casa pulcra, el adaptar la ropa de las mayores a las más pequeñas, el coser y remendar…pero siempre leía. Aunque fuera un poco antes de bañarse para ir a acostarse, o antes de acostarse.

No recuerdo haber disfrutado de abundancia económica nunca, pero recuerdo que nunca pude dejar de tener un libro que quisiera o necesitara; hoy comprendo que eso implicó muchos sacrificios.  Si yo pedía un libro mi madre hacía cuanto estuviera a su alcance para comprarlo, y también para procurarme  papel para escribir y dibujar, y los lápices.

Gracias, mami, por haberme enseñado a valorar los libros y sus enseñanzas. Que Dios te tenga en su Santa Gloria, porque lo mereces. Debes descansar satisfecha en el cielo, porque en la tierra libraste todas las batallas con optimismo y confianza. Gracias por siempre.

Mami, pronto saldrá mi primer libro en idioma inglés, y en mucho es gracias a ti. Te lo voy a dedicar, sonríe en el cielo, porque espero con ese libro poder ayudar a nuestra patria. Mami, te amo.

Señor misericordioso, acoge a mi madre en tu reino.

Estela Teresita Delgado

Monday, January 5, 2015

Reflexión importante


Un profesor de la ESADE (Escuela Superior de Dirección y Administración de Empresas) de Barcelona, nos puso un interesante ejercicio.  Primero teníamos que dar en un tiempo determinado, nuestra mejor respuesta poniendo en orden de importancia unos veinte o veinticinco objetos en una situación difícil que nos describió. En una segunda parte nos agrupó en seis o siete estudiantes, teníamos que elegir un líder, y hacer una respuesta de equipo a esa misma pregunta.
Finalmente el profesor nos comunicó lo que era considerado por los expertos la respuesta mejor, y cada objeto tenía cierto puntaje. Lo que se consideraba normal es que el resultado individual estuviera por debajo del resultado del equipo, lo que demostraba que la opinión colectiva y el intercambio de conocimientos enriquecen las decisiones. Si el resultado personal estaba por encima indicaba que no quisiste, o no fuiste capaz de explicar y convencer sobre un punto en el que tenías razón.
Al final quedaba demostrado la importancia de un buen jefe de equipo, y la importancia de discutir ideas y compartir conocimientos. Ciertamente fue un ejercicio que me gustó mucho.
Eso se aplica en todas las esferas de la vida. Los directores de empresa son líderes administrativos que ganan bastante más que el resto, pero de sus decisiones, estrategia y políticas dependen el buen ambiente en la empresa, la motivación y los resultados.
Las unidades administrativas territoriales, ya sea a nivel de alcaldía, gobernación o nación necesitan de buenos líderes de equipo. Pero para evitar el mal uso del poder se dictan las regulaciones y leyes de su trabajo. Los encargados de hacer esas guías son  los concejales, los congresos y los senados. Los miembros de las instituciones a los diversos niveles son los representantes de los que los han elegido, para legislar a su favor. Eso es democracia y eso es político.
La palabra política según entiendo viene del griego y es lo relativo a las ciudades y lo los asuntos del ciudadano.  Y la realidad es que todos los miembros de una sociedad están vinculados a la política, lo quieran o no: o influyes en los impuestos, o pagas más impuestos, o influyes en la política de empleo, o puedes resultar desempleado, o influyes en las leyes educativas o los niños tendrán que estudiar en aulas de cincuenta alumnos, por ejemplo.
Los cubanos decimos que la política es cochina y no quieren involucrarse. La realidad es que si dejamos la política en manos de unos aprovechados, y no exigimos nuestro derecho a decidir, pues tendremos en nuestro país las nefastas consecuencias que hoy enfrentamos. Lo digo sin reservas, me gusta la política y quiero participar en ella.

Estela Teresita Delgado

 

Saturday, January 3, 2015

Mi cabello






Cuando pequeña podría decirse que era rubia, pero no ese rubio donde el pelo casi llega a ser blanco, sino más bien dorado. Mi madre había hecho una promesa por mi salud a la Virgen de la Caridad del Cobre, por eso no me cortaron el pelo hasta cumplir los ocho años. De manera que tenía el pelo bastante largo y creo que bonito.

                Casi siempre me hacían un rabo de mula cuando me peinaban, de los que en algunos lugares le dicen rabo de caballo. Otro peinado frecuente eran las trenzas, las que siempre me han fascinado.  Lo que sí no se me olvida, es que el proceso de peinarme implicaba primero desenredar los nidos de gallina que se formaban con el viento fresco y juguetón de Cojímar, lo que me arrancaba fuertes alaridos que se escuchaban hasta bastante lejos. Reconozco que soy una floja para el dolor.  En aquel entonces no pensaba en las canas.

Al llegar a la adolescencia me encantaban las personas con rostro joven, pero que tuvieran el pelo blanco. No solamente las asociaba con respeto y distinción, estéticamente me parecían hermosas. Cuando descubrí mis primeras canas no me preocupé en absoluto, pensaba que me quedaba mucho por recorrer hasta que el cabello emblanqueciera totalmente. Pero cuando fueron  siendo abundantes, ay, mamá, llegó el tinte.

Realmente no soy muy buena en eso del tinte, por eso siempre procuré la misma marca y que no fuera demasiado barato, ni demasiado caro, y sobre todo, que se aplicara con facilidad.  Ya mi cabello no era rubio, sino castaño claro. Afortunadamente encontré un tono que me gustó y el que usé casi siempre. Poco a poco los combates se hicieron demasiado frecuentes, pero los continué porque tengo muchas hermanas jóvenes y sobrinos chicos  que no querían verme envejecer.

Ahora he llegado a una nueva etapa. No he adquirido distinción ni sabiduría, pero el pelo está prácticamente todo blanco. Esa es mi realidad. El aferrarme al color natural implica someter la cabeza a muchos químicos y no deseo pagar ese precio. Me he fijado en bellos tonos de blanco, en pelados que ayudan mucho, he incluso peinados atractivos.

En cuanto crezca un poco más el cabello y pueda eliminar lo poco que me queda de tinte, actualizaré la fotografía en las redes sociales y mi blog. Ya tengo casi todo el pelo blanco y he comprendido  que el color del cabello es solo una pequeña parte del yo. Además,  mientras tenga fuerzas procuraré disfrutar, en la medida que Dios me permita, este hermoso viaje que se llama vida.

Recuerdo un poema que aprendí de mi madre: “…lleva el volcán sus nieves en la cima, pero circula en sus entrañas fuego”

 

Estela Teresita Delgado

Enero 3, 2014
 
 
 

Friday, January 2, 2015

La libertad.


Nadie puede otorgar, regalar o prestar la libertad a otra persona, sencillamente porque nadie te puede dar lo que te pertenece.  La libertad no es un don externo, sino interno. Una persona es libre cuando piensa y actúa como una persona libre.

Las autoridades pueden que limiten en alguna medida la capacidad de ejercer la libertad personal. Un preso no puede estar en contacto con su familia, ni hacer lo que desea, ni estar donde desea. Sin embargo, puede que sea un hombre libre.  Por ejemplo, algunos presos políticos cubanos tienen limitadas sus capacidades de actuar como hombres o mujeres libres, pero precisamente por pensar y actuar como individuos libres es que están encerrados.

Por otro lado, muchos que andan libremente en la calle temen temor de decir lo que piensan o de actuar de cierto modo. Se cuidan de la cámara que los vigila, el micrófono que lo escucha, y el espía a cargo de su vigilancia. Todo lo hace con sigilo y temor. Esos individuos se auto censuran  y se limitan a sí mismos.

Yo personalmente tuve esa experiencia. Siendo joven me enviaron a estudiar sola a Austria, en un lugar a unos 300 kilómetros de la embajada. Cualquiera podría pensar que estaba libre, pero yo no era una persona libre.  La limitación que tenía no se basaba en que me llamaran regularmente o me enviaran casi semanalmente correspondencia. La limitación estaba en mí misma.

Por aquel entonces ya había aceptado la existencia de Dios, pero sabía que me estaba prohibido decir que creía en El. Y como no tenía conocimiento de mi fe, ni era parte de ninguna iglesia, me plegaba a la obligatoriedad de negarlo. El Señor me regaló la oportunidad de coincidir con un grupo de personas espectaculares, muchas de las cuales son parte de mis amistades  más queridas hoy. Mis amigos se iban a misa cada domingo y me invitaban, y nunca asistí, sencillamente por el miedo que en alguna oportunidad coincidieran con las autoridades cubanas y revelaran algo que para ellos era normal y para mí era prohibido. En ese entonces tenía miedo y me limitaba yo misma.

En el instituto impartía clases un profesor por el que suspiraba la mitad del aula, y tengo la certeza que no le era indiferente porque algunas personas se dieron cuenta y me lo hicieron saber. A  mi realmente me encantaba, creo que hubiera podido amar a ese hombre toda la vida. Pero no era libre, era incapaz de establecer una relación con un extranjero. Y como dice un poema, cerrando los ojos lo dejé pasar.

La artista Tania Brugueras es ahora víctima de las represalias del gobierno y le han retirado su pasaporte. Es decir, limitan su derecho a ejercer la libertad de movimientos.  Con tal que no hiciera su acto en la plaza la llevaron presa. En cuanto la liberaron convocó a una rueda de prensa. La volvieron a llevar presa para que no hiciera la rueda de prensa. En cuanto la soltaron se plantó frente a la estación de policía donde habían encerrado a algunos de los habían intentado asistir a su acto y dijo que no se movería de allí hasta que los liberaran. Ya Tania es una mujer libre, y la admiro.

La libertad tiene su precio y hay que pagarlo. En mi caso estar alejada de mis seres queridos, dejar de darles una mano cuando la necesitan, perderme procesos familiares y de mi patria, implica enormes sacrificios. Y como estoy pagando el precio ejerzo mi libertad de decir lo que pienso, aunque en algunas cosas me equivoque y tenga que rectificar, e incluso si eso me trae represalias o consecuencias.

La realidad es una: una vez el individuo es libre no puede respirar sin ejercer ese derecho.

Estela Teresita Delgado