Sunday, April 3, 2016

El sagrario vacío



El pasado Viernes Santo llegué para el servicio de la iglesia y me senté ante el sagrario vacío. De pronto me asaltó en terrible miedo: ¿Qué sería mi vida sin Jesús?
Crecí ignorando su presencia durante muchos años porque no lo conocía; ahora he comprendido que aún en aquellos momentos El me sostenía. Obtuve altas notas en las clases de historia donde me enseñaron todos los errores de la Iglesia Católica como institución, sobre todo durante la edad media; y también obtuve altas calificaciones en las clases de filosofía que se basaban en el materialismo dialectico y el materialismo histórico.
Gracias a la bondad del Señor hoy estoy llena de algo diferente que me ha transformado en alguien nuevo. Literalmente es como lo describe el evangelio, como el que encuentra una valiosa perla y lo vende todo con tal de conseguirla y no perderla por nada. Así como el pan de la presencia se encontraba en el tabernáculo creado por Moisés, hoy Jesús está en el sagrario, viviendo entre nosotros.
 ¡Bendito sea Dios! ¡Bendito sea su nombre! ¡Bendito sea Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre!
“Bendita la mañana que trae la gran noticia
De tu presencia joven, en gloria y poderío,
La serena certeza con el día proclama
Que el sepulcro de Cristo está vacío”