Sunday, February 3, 2019

Todo por amor y con amor


“Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve”.

“El amor es paciente y muestra comprensión.  amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo.”  

“No se aleja de lo injusto, sino que se goza en la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo, y lo soporta todo”.

Este mensaje que Pablo muestra en su primera carta a los corintios, 13,3-6, llevan un mensaje hermoso, pero nada facial de poder llevar a la practica por nosotros solos debido a nuestra naturaleza imperfecta. Sin embargo, en lo personal tengo presente que el amor ha sido una vía de pasar siempre a niveles superiores.

Estaba en la secundaria básica cuando leí “Los Miserables”, de Víctor Hugo. El encuentro de Jean Valjean con el sacerdote de un pueblito al que llego luego de escaparse de la cárcel impacto en mi tan profundamente como lo hizo en el protagonista. Jean Valjean había sido abusado, rechazado, golpeado, maltratado, calumniado, y de un joven había creado un hombre con odio que quería odiar al mundo y vengarse de él.  Estaba en la puerta de la casa del sacerdote inmovilizado por los guardias que lo habían apresado con dos candelabros, creo de oro. Esos dos objetos eran lo único de valor material que habían conservado las hermanas del sacerdote, el que deba todo a los pobres. El sacerdote y sus hermanas le habían dado de comer y le habían ofrecido alojamiento y Jean Valjean había correspondido robándoles.

Cuando el sacerdote les dijo a los guardias que no le habían robado, que él había regalado los candelabros, en ese momento el exconvicto comprendió que existía en el mundo un lado bueno y eso cambio su vida. También impactó mi vida, me dije “yo quiero de ese sentimiento superior”.

Son muchos los casos donde la confianza que alguien ha depositado en mí, el amor y la consideración, ha producido reacciones positivas.

He visto en las redes sociales que algunos compatriotas acusan a otros de carneros, ovejas, arrastrados, esclavos…Es posible que intenten esta técnica para hacerlos reaccionar de cierta forma, dudo que eso de resultado. Al menos en mí, el amor ha producido mejores resultados que las ofensas.

Al fin y al cabo, somos seres humanos que vivimos en diversas circunstancias, tuvimos diferentes experiencias y educación, y algunos hemos tomado decisiones equivocadas en algunas oportunidades y decisiones acertadas en otros momentos.

Los cubanos somos un solo pueblo, independiente a nuestra raza, religión, sexo o preferencias sexuales, o ideas políticas.   Debemos procurar lograr una sociedad donde todos sean respetados por su dignidad como seres humanos.  

El amor debe ser el comienzo y el fin.

Estela Teresita Delgado

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