Ayer fue un día triste. Muchos se sintieron traicionados. Por si fuera poco
un provocador se paró frente a un lugar que es el corazón del exilio en Miami
para provocar un desorden público. Esas son personas plantadas para hacer eso
precisamente y saben cómo hacerlo.
No hay motivo para sorpresas. Realmente nada es
sorprendente en el caso de Barack Obama. Este presidente es comunista en sus tuétanos y como
todo buen comunista lo niega mientras le conviene. Todavía tiene más de un año
para seguir destruyendo al país y posiblemente lo peor esté aún por verse.
Los ciudadanos
americanos, aunque muchos no se percaten
de ello ahora, fueron los más traicionados, pues los principios básicos de esta
gran nación fueron pisoteados y el gran capital encontró una forma nueva para
robar a los contribuyentes. Los americanos le pagaran a Cuba; una parte compensará la deuda con las grandes
empresas americanas (se auto pagaran), la otra parte irá a los rusos, los
Castro se consolidaran y los contribuyentes saldrán fregados.
Si se hubieran
negociado algunas libertades individuales para los cubanos en la isla existiría
algún consuelo. Pero el hubiera no sirve en la historia. Yo sigo tratando de
analizar la situación y me encuentro con una gran realidad:
1.
No puedo dejar de querer lo mejor para la gente que amo,
que puedan prosperar, vivir mejor, disfrutar de las libertades individuales que
existen en casi todo el mundo. Desearía que las familias no se dividieran por
la emigración, que existiera abundancia
de bienes y de espíritu en Cuba. Creo firmemente que lo mejor no son los
Castro, por eso no puedo de dejar de trabajar para una Cuba mejor, esa no es
una alternativa.
2.
Los principios a los que he llegado luego de una tremenda
jornada de tropiezos no son negociables, no puedo renunciar a ellos. En mis
principios nada tiene que ver el Sr. Obama, ni los condiciona, ni los motiva ni
los sostiene.
3.
La inmensa mayoría de los países del mundo tienen
relaciones diplomáticas con Cuba y tienen embajadas en La Habana. El que
Estados Unidos haga lo mismo teoréticamente no hace una diferencia. Lo que lo
hace distinto es el gran amor de los cubanos por ese país que acogieron como el
suyo y la traición duele más cuando lo ejecuta alguien a quien uno ama.
4.
La gran ventaja es que no tendremos que deberle a nadie
nada, solo Dios será el que esté de nuestro lado en la gran jornada.
5.
Los cubanos funcionamos mejor bajo presión, ganamos en el
noveno inning y en el último metro de la carreta y en el último minuto de la
pelea. Esto nos pone al extremo.
6.
Nunca el amanecer está más cerca que cuando la
oscuridad está más profunda. Es el momento de mirar al futuro con optimismo
porque lo mejor de Cuba está por verse.
7.
«Las etapas de los pueblos no se cuentan
por sus épocas de sometimiento infructuoso, sino por sus instantes de rebelión.
Los hombres que ceden no son los que hacen a los pueblos, sino los que se
rebelan. El déspota cede a quien se le encara con su única manera de ceder, que
es DESAPARECER: no cede jamás a quien se le humilla.» José Martí
Jesús, en ti confío.
Estela Teresita Delgado