Las cifras de la industria turística en Cuba
registran cifras muy positivas. En el 2015 visitaron la isla tres millones 524
779 turistas, lo que constituye la cifra más alta en la historia. La Oficina Nacional de Estadísticas e
Información (ONEI) informó en su sitio web que en el mes de enero del presente
año visitaron al país 417,764 turistas, lo que representa un 12.7% de
crecimiento con relación a igual periodo en el 2015, cuando llegaron a la isla
370,830s.
Sin lugar a dudas esa industria es ya la primera
fuente de ingresos del país y eso es sólo el comienzo. El mercado de los
Estados Unidos aún no está abierto en su enorme potencial. Con el
establecimiento de los vuelos regulares y el acceso a las ventas en los
sistemas internacionales de reserva esa cifra se podrá hasta duplicar muy fácilmente
en una primera ola.
Hablando en plata, eso se traduce en millones y millones de dólares. ¿Cómo se
utilizan esos dólares? Actualmente en las casas de familia normal en estos tiempos
escasea la sal, no hay sal, que es de producción nacional y nada tiene que ver
con los americanos. En varias regiones del país no hay agua, evidentemente una primera necesidad.
Las calles del Cotorro en casi un 90% no tienen asfalto,
importantes vías de Guanabacoa no tienen asfalto, una de las calles principales
de Cojímar tiene el mismo problema. De eso doy testimonio, estoy casi segura que la situación en el resto del país es igual o peor.
El sistema de transporte está tan terrible como
siempre, existe gran escasez de insumos y la carne de res brilla por su
ausencia. El pescado en nuestra isla es
casi inexistente, casi todas las líneas de alimentación andan muy mal, al
igual que el nivel de insumos en todo el país.
Los maestros no pueden
vivir con el salario de miseria que reciben y por ello son cada vez más escasos.
El detrimento en la educación es evidente.
Está claro, la
dirección del país no tiene como una prioridad el mejorar las condiciones de
vida de la población. Esa no es una de sus necesidades porque por años han
desarrollado una mentalidad paupérrima y se conforman con que algunos reciban
las propinas de los turistas. Los ciudadanos no ven sentido en reclamar porque
saben de antemano que no serán escuchados.
En lo personal trabajé con
tesón y con honestidad en el sector turismo pensando que eso traería beneficios para la población. Luego comprendí
que todos mis esfuerzos fueron al
bolsillo de unos pocos y eso seguirá así hasta que no cambie el sistema político en
el país y exista transparencia y rendición de cuentas del uso de los recursos.
Nuestro pueblo no se
debe conformar con migajas cuando somos los que ponemos el sudor para producir.
Cuando la población comprenda eso entonces se realizará un verdadero cambio.
Estela Teresita Delgado