Cuando el presidente
Fulgencio Batista salió de Cuba el 31 de diciembre de 1958, las diversas
organizaciones que habían enfrentado Batista procedieron a cumplir el programa
sobre las bases que se habían acordado en el Pacto de Miami y la carta de
compromiso de Fidel Castro. Esto esta escrito, fue un hecho, no una especulación.
El compromiso consistía en que el nuevo gobierno se regiría por la Constitución
de 1940 y tendría como objetivo principal el convocar a elecciones generales.
Entre las organizaciones que enfrentaron a
Batista estaba el Partido Revolucionario del Pueblo Cubano, la Organización
Autentica, la Federación Estudiantil Universitaria, el Directorio Revolucionario,
el Directorio Obrero Revolucionario y el Movimiento 26 de Julio, entre otros.
Ya conocemos lo
que ocurrió. Fidel Castro traiciono a todos, incluyendo los rebeldes que jamás
lucharon por el comunismo. Fidel Castro elimino a todo el que se le opusiera, estableció
un régimen comunista y un dúo formado por un líder que mandaba, y una masa que obedecía.
Entonces nos dijeron que éramos otra cosa. Se creo una nueva leyenda: el internacionalismo
proletario, un enorme enemigo: el imperialismo yanqui, y un nuevo lema: patria
es revolución.
El costo social
fue doloroso e injusto. Miles de cubanos fueron despojados del resultado del
trabajo de muchos años y de muchas generaciones. Miles emigraron, las familias
se dividieron, miles de presos, cientos de muertos, se persiguió a la Iglesia…
Cincuenta y ocho años
después ya no está el líder y esa masa que antes obedecía por convicción ni
cree ni obedece. ¿Qué queda en Cuba? Quedan un conjunto de leyes que limitan
las libertades individuales de los ciudadanos, una represión brutal, un desasosiego
enorme, doble moral, una burocracia incapaz que no resuelve nada, una industria destruida, una agricultura que
no satisface las necesidades de la población.
¿QUIENES SOMOS?
Es totalmente imprescindible que recuperemos nuestra
propia historia. Somos los descendientes de los bayameses que prefirieron
incendiar su ciudad antes de entregarla a los españoles, y de Carlos Manuel de Céspedes
que invito a todos los cubanos, blancos y negros unidos, a luchar por una Cuba
libre, los descendientes de José Martí que ha sido uno de los más brillantes líderes
políticos del continente, los descendientes que no permitieron la dictadura de
Geraldo Machado. Somos el pueblo en los que miles se han arriesgado sin un
centavo en el bolsillo a enfrentarse a la inmigración incluso en ambientes
hostiles, somos parte de un pueblo que ingeniosamente se las arregla para
mantener sus familias en la isla contra todas las banderas día a día. Mas
importante que todo, somos hijos de un Dios Todopoderoso, y estamos hechos a su
imagen y semejanza,
Solamente cuando
recuperemos nuestro sentido como pueblo podremos ir a la segunda etapa de
exigir el elegir los ciudadanos formaran parte del poder legislativo, ejecutivo
y judicial del país.
Estela Teresita Delgado
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