Sunday, February 15, 2015

Una y cien tonalidades de mí



Cuando era joven jamás pensé que llegaría a mi edad actual tan ingenua y en ocasiones demasiado confiada. Tampoco imaginé que continuaría cometiendo errores garrafales, que iban a seguir alimentando  sueños, proyectos e ilusiones.

Ahora comprendo que cada etapa de la vida tiene su armonía, y cuando unos elementos disminuyen otros aumentan para lograr el balance. Por ejemplo, ahora no puedo levantar grandes pesos como antes, pero sé que el flexionar las piernas ayuda a que el peso no recaiga sobre la columna, y que si uno acerca el peso al cuerpo a la altura de la cintura, se hace más fácil soportarlo.

De manera que en mi bobería y por estar ahora en la etapa de lucir las canas, pensé que la película “Fifty Shades of Gray” se trataba de una bella película que reflejaba esa etapa donde ya el pelo no tiene su color original. Afortunadamente me llegaron a tiempo otras referencias. Resulta que Gray es el apellido del protagonista masculino y toda la película se basa en una relación sexual donde la filosofía de “se vale todo” se lleva al extremo, incluso al masoquismo.

Esta semana escuché algo interesante de una experta, la que aseguraba que en una buena relación el sexo es sólo un 10% de la misma y que en una mala el sexo representa el 90% de la relación. El ponerle matemáticas a una relación humana es algo más complicado, pero lo cierto es que todo lleva una armonía en dependencia de las necesidades en cada etapa de la vida.

La película lleva el tema del sexo a un punto que muchos la catalogan de pornográfica, de gran violencia sexual y sadomasoquismo.

Bueno, el ver este filme o no es una decisión personal. En cuanto a mí, si es algo que no me construye, me suma y me edifica, si no promueve los valores que defiendo, no me interesa. Ahora que aprecio el gran valor de las cosas no quiero gastar un segundo o un centavo en lo que no me conviene.  Pobre de los jóvenes que no tienen la orientación y ayuda, y que caen atrapados por los medios que exponen valores trocados. En momentos como estos es que me siento afortunada de tener mi pelo gris.

Estela Teresita

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