Cuando era joven
jamás pensé que llegaría a mi edad actual tan ingenua y en ocasiones demasiado
confiada. Tampoco imaginé que continuaría cometiendo errores garrafales, que
iban a seguir alimentando sueños,
proyectos e ilusiones.
Ahora comprendo
que cada etapa de la vida tiene su armonía, y cuando unos elementos disminuyen
otros aumentan para lograr el balance. Por ejemplo, ahora no puedo levantar grandes
pesos como antes, pero sé que el flexionar las piernas ayuda a que el peso no
recaiga sobre la columna, y que si uno acerca el peso al cuerpo a la altura de
la cintura, se hace más fácil soportarlo.
De manera que en
mi bobería y por estar ahora en la etapa de lucir las canas, pensé que la
película “Fifty Shades of Gray” se
trataba de una bella película que reflejaba esa etapa donde ya el pelo no tiene
su color original. Afortunadamente me llegaron a tiempo otras referencias. Resulta
que Gray es el apellido del protagonista masculino y toda la película se basa
en una relación sexual donde la filosofía de “se vale todo” se lleva al
extremo, incluso al masoquismo.
Esta semana
escuché algo interesante de una experta, la que aseguraba que en una buena
relación el sexo es sólo un 10% de la misma y que en una mala el sexo
representa el 90% de la relación. El ponerle matemáticas a una relación humana
es algo más complicado, pero lo cierto es que todo lleva una armonía en
dependencia de las necesidades en cada etapa de la vida.
La película lleva
el tema del sexo a un punto que muchos la catalogan de pornográfica, de gran
violencia sexual y sadomasoquismo.
Bueno, el ver este
filme o no es una decisión personal. En cuanto a mí, si es algo que no me
construye, me suma y me edifica, si no promueve los valores que defiendo, no me
interesa. Ahora que aprecio el gran valor de las cosas no quiero gastar un
segundo o un centavo en lo que no me conviene. Pobre de los jóvenes que no tienen la
orientación y ayuda, y que caen atrapados por los medios que exponen valores
trocados. En momentos como estos es que me siento afortunada de tener mi pelo
gris.
Estela Teresita
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