Los cojimeros tenemos
muchos privilegios, y uno de ellos es que José Martí la incluyó en su famoso
análisis “Nuestra América” cuando dijo:”Se ponen en pie los pueblos y se
saludan. ¿Cómo somos? se preguntan; y
unos a otros van diciendo cómo son. Cuando aparece en Cojímar, no va a buscar
la solución a Danzing. “
Estoy recordando este
pasaje mientras escucho los discursos de la VII Cumbre de las Américas. Las
relaciones exteriores son muy importantes, pero no valen más que lo que somos.
La política en Cuba no se solucionará ni en Washington ni en Panamá. Las
decisiones más trascendentales la tenemos que hacer los cubanos en las calles
de nuestras ciudades y pueblos, en nuestros campos y mares, en nuestros llanos
y montañas.
Somos cubanos los que
ganamos el equivalente a 25 dólares mensuales, pagados en una moneda que no
sirve casi para adquirir artículos de primera necesidad. Es necesario cambiar
el peso cubano para adquirir los
artículos indispensables para la vida, y en ese proceso cierto porciento se
pierde por el proceso obligatorio del cambio montario.
Dudo que los reunidos en
Panamá conozcan lo que significa esperar un
autobús por más de dos horas, para luego viajar en ella apretados y
rodeado de olores desagradables.
El gobierno actual de Cuba
la quita al ciudadano el derecho a tener su empresa, y los que trabajan por
cuenta propia tienen que pagar impuestos elevados, y estar sometidos a multas y
acosos, y toda posible acción para evitar su éxito.
El profesional y la
empresa cubana no pueden estar informados de lo que ocurre en el mundo por no
tener acceso libre a internet, y las posibilidades de conexión están muy por
encima de sus posibilidades financieras.
Por más de cincuenta y
cinco años no hemos tenido opción de elegir otro partido político, y poder
votar directamente por un presidente. Tampoco hemos podido leer libremente la
prensa internacional, ni hemos podido tener acceso a la literatura
internacional.
El Sr. Raúl Castro en el
evento se dedicó a hacer “la historia del tabaco”, fundamentalmente lleno de
mentiras. No le quedaba de otra, porque no tiene soluciones. Ya en el último
congreso del partido lo aclaró, están en un viaje a lo ignoto, no saben a dónde
van.
Si somos los dolientes
tenemos que ser los que solucionemos nuestro mal. Por eso no nos queda más que
recordar lo que nos dijo Martí:
“A los sietemesinos sólo
les faltará el valor. Los que no tienen fe en su tierra son hombres de siete
meses. Porque les falta el valor a ellos, se lo niegan a los demás.”
Estela Teresita Delgado
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