Sunday, April 12, 2015

EL FORO INCIVILIZADO



Tan sólo hace unas horas vimos las imágenes del enfrentamiento violento entre ciudadanos cubanos en el marco de los encuentros que se convocaron de manera paralela a la VII Cumbre de las Américas en Ciudad de Panamá. Es importante poder analizar estos acontecimientos más allá de las imágenes.

Lo ocurrido es lo mismo que les ocurre a las Damas de Blanco cuando marchan por la 5ta Avenida de Miramar,  en La Habana;  o lo que le sucede a cualquier manifestación pacífica de los disidentes. Eso mismo ocurrió  en los actos de repudio convocados contra los ciudadanos que se fueron por El Mariel, los que en algunos casos estuvieron acompañados con el proceso de tirar piedras y huevos, pintarrajear casas, acoso a ciudadanos en sus casas, entre otras cosas.  También fueron ultrajados y castigados los cubanos que decidieron salir de Cuba a comienzos de la Revolución.

Los mencionados anteriormente son sólo ejemplos, la realidad es que todos esos actos son una manifestación de un principio de la dictadura: aplastar a los ciudadanos que no se doblegan ante ellos o que  sencillamente no piensan igual que ellos.

Existen otras formas que no llegan a manifestarse con esa violencia, pero que resultan igualmente estranguladores. Por ejemplo, el acceso a puestos de trabajo o estudio están condicionados al encasillamiento de qué religión profesas, cual es la ideología del ciudadano, en que organizaciones militan,  su orientación, su raza, su sexo, entre otras. Prueba de ello es el expediente acumulativo del estudiante desde la primaria, y que en las solicitudes de trabajo y estudios esos son requerimientos a contestar; y los mismos son verificados en los barrios, centros de trabajo y escuelas.

Los exiliados también somos reprimidos. Algunos no están autorizados a viajar libremente a su país, los ciudadanos que pueden viajar tienen que pagar altas tarifas por el pasaporte y por el permiso de entrada, pagan precios altos por las llamadas telefónicas, por el envío de ayuda a sus familiares, entre otras cosas.

Es decir, los ciudadanos cubanos son reprimidos violentamente si expresan sus opiniones, donde quiera que sea; y los ciudadanos cubanos son también reprimidos aún si no expresan sus opiniones. Ese es el origen la doble moral, del tener que vivir con la zozobra tomar riesgos a cada instante, todas las horas, todos los días.

Algunos medios tratan de explicar el hecho como una obstinación de los emigrados, otros hablan de un tema generacional, de personas que se quieren quedar en el pasado. Ojalá y fuera esto ya pasado, pero aún es tiempo presente lamentablemente, lastimosamente, dolorosamente. Son jóvenes los balseros que mueren cada día y los que llegan cada día, son jóvenes los presos disidentes, y son jóvenes la mayoría de los que se quieren marchar de Cuba.

 

Podrán existir muchas cumbres, podrán restablecerse relaciones con todos los países del mundo, si no existe una reconciliación del pueblo cubano, no habrá paz para ninguna de las partes.

En la iglesia católica tenemos un sacramento llamado del perdón, de la confesión o también se conoce como la reconciliación. Muchos habrán visto en las películas, las comedias, las novelas, o habrán leído alguna obra literaria que lo menciona. El objetivo del sacramento es curar la herida que se ha producido por un comportamiento que ha ofendido o dañado de alguna manera a otros y con ello hemos dañado a Dios y nos hemos apartado de lo que El nos ha  instruido que hagamos.

 Pero los que no son católicos no saben que esa expresión es sólo uno de los pasos pero no es el único, y posiblemente ni siquiera sea el más importante. El primer paso de toda reconciliación lleva primero un análisis real y detallado de lo ocurrido.  Luego es indispensable el sentir un profundo dolor por lo que ha pasado y arrepentirnos de todo corazón. Entonces le sigue el hacer el propósito de no caer en el mismo error. Por último, luego de la confesión viene la penitencia, que es una acción que repare y compense por el error cometido. Si no existe un arrepentimiento y un propósito de enmienda, no puede haber perdón.

Lo que ha hecho y hace el régimen de los hermanos Castro estuvo mal y está muy mal. Eso es la verdad. La represión a los ciudadanos es algo inconcebible en la sociedad moderna. Ya sabemos que el agua pasada no mueve molinos,  la historia es buena porque ayuda a comprender los errores y evitar algo similar en el futuro. Pero no estamos hablando de agua pasada ni de historia. Esto es presente.

Le ruego a Dios que ilumine la mente y el corazón de todos los cubanos para que exista una clara compresión de nuestra realidad, porque haya dolor sincero y profundo por lo ocurrido, porque se enmiende lo mal hecho en lo que sea posible.  Tal vez esté equivocada, pero lo ocurrido en Panamá demuestra que estamos muy lejos aún de esa etapa.

 

Estela Teresita Delgado

 

No comments:

Post a Comment