Wednesday, January 4, 2017

Lecciones del 2016. “El que tenga oídos, que escuche”. Mateo 13,9




El año que recién ha terminado nos ha dejado a los cubanos comprobaciones muy valiosas y un ultimátum.


·         Fidel Castro murió, pero todo sigue igual porque los que están chupando de esa teta están sosteniendo el banderín.

·         Los Estados Unidos han renovado las relaciones, no han mostrado desde hace mucho interés alguno en agredir el país, pero la dictadura sigue el viejo lenguaje de belicosidad.

·         El país ha entrado en recesión y se registró un decrecimiento. Las perspectivas no son nada buenas de acuerdo a los economistas.

La mejora de las condiciones de vida en nuestro país no depende de la muerte de un individuo o las relaciones con otro país. Dentro de poco se nos acaba la geografía, llevamos a la bancarrota a los rusos, a los venezolanos y le debemos a la mitad del mundo.

 El cambio que necesita la familia cubana se logrará solamente con el cambio de un sistema que sobradamente se conoce que no funciona. El burocratismo, la corrupción, el partido único, el monopolio del estado sobre importaciones y exportaciones, el exceso de regulaciones e impuestos a los que trabajan por cuenta propia, la falta de plataforma legal para el desarrollo de la pequeña y mediana empresa, la imposibilidad de los ciudadanos de impulsar leyes que le ayuden, en fin, todo lo que existe actualmente no funciona.

Los dirigentes del país no están dispuestos al cambio y eso está comprobado por un elemento fundamental: Si hubieran querido cambiar ya lo hubieran hecho hace rato, no necesitan de nadie para tomar esa decisión. Nadie va a hacer lo que nos corresponde a nosotros, y lo debemos hacer por nosotros mismos, por nuestras familias, no por nadie más. Es una decisión personal de cada individuo, luego de dar esa decisión, todo evolucionará.

En esta enorme tarea que tendremos que abordar en el 2017 el primer paso es elevar nuestra mirada hacia el que todo lo puede, al mayor poder del mundo. ¡Que Dios Todopoderoso guie nuestros pasos en este año para poder comenzar un camino de sanación, mejoras y felicidad en nuestra hermosa y querida patria!

Jesús, en ti confío. Divina Misericordia, en ti confío, en ti confío.

Estela Teresita Delgado

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