El año que recién ha terminado nos ha dejado a los cubanos comprobaciones
muy valiosas y un ultimátum.
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Fidel
Castro murió, pero todo sigue igual porque los que están chupando de esa teta están
sosteniendo el banderín.
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Los
Estados Unidos han renovado las relaciones, no han mostrado desde hace mucho interés
alguno en agredir el país, pero la dictadura sigue el viejo lenguaje de belicosidad.
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El país
ha entrado en recesión y se registró un decrecimiento. Las perspectivas no son
nada buenas de acuerdo a los economistas.
La mejora de las condiciones de vida en nuestro país no depende de la
muerte de un individuo o las relaciones con otro país. Dentro de poco se nos
acaba la geografía, llevamos a la bancarrota a los rusos, a los venezolanos y
le debemos a la mitad del mundo.
El cambio que necesita la familia
cubana se logrará solamente con el cambio de un sistema que sobradamente se
conoce que no funciona. El burocratismo, la corrupción, el partido único, el monopolio
del estado sobre importaciones y exportaciones, el exceso de regulaciones e
impuestos a los que trabajan por cuenta propia, la falta de plataforma legal
para el desarrollo de la pequeña y mediana empresa, la imposibilidad de los
ciudadanos de impulsar leyes que le ayuden, en fin, todo lo que existe
actualmente no funciona.
Los dirigentes del país no están dispuestos al cambio y eso está comprobado
por un elemento fundamental: Si hubieran querido cambiar ya lo hubieran hecho
hace rato, no necesitan de nadie para tomar esa decisión. Nadie va a hacer lo
que nos corresponde a nosotros, y lo debemos hacer por nosotros mismos, por
nuestras familias, no por nadie más. Es una decisión personal de cada individuo,
luego de dar esa decisión, todo evolucionará.
En esta enorme tarea que tendremos que abordar en el 2017 el primer paso es
elevar nuestra mirada hacia el que todo lo puede, al mayor poder del mundo.
¡Que Dios Todopoderoso guie nuestros pasos en este año para poder comenzar un
camino de sanación, mejoras y felicidad en nuestra hermosa y querida patria!
Jesús, en ti confío. Divina Misericordia, en ti confío, en ti confío.
Estela Teresita
Delgado
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