Saturday, February 18, 2017

La recuperación luego del comunismo




La nostalgia por el socialismo y el comunismo ha invadido a algunos países del este de Europa y otras regiones. Muchos se preguntan cómo es posible ese sentimiento luego de conocer los desastres del sistema. A mi entender influyen dos factores fundamentales.

Por un lado, se encuentra la tendencia del ser humano a volver al mal anterior, la mentalidad del menor esfuerzo, o como quiera llamársele. Recordemos que el pueblo judío vivía como esclavo en Egipto, trabajaba largas jornadas en condiciones difíciles y Dios los sacó de Egipto luego de hacer grandes maravillas. En cuanto estaban libres en el desierto comenzaron a murmurar: “¡Ojalá Yavé nos hubiera hecho morir en Egipto! Allí nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan en abundancia. Ustedes, en cambio, nos han traído a este desierto en que todo este gentío morirá de hambre”, Éxodo 16:2

La otra causa de este fenómeno es que el cambio no se ha hecho de forma correcta, pues no se le ha dado fuerza al ciudadano ni se ha fortalecido la clase media. En muchos de esos países los ex funcionarios corruptos del gobierno anterior se han apoderado de los medios económicos y se han hecho los nuevos ricos, por lo que el ciudadano de a pie solo ha visto un ligero cambio de jefes. ¿Quién era Putin? ¿Quiénes son los comerciantes en esos países?

A los cubanos nos puede ocurrir igual sino aprendemos de las experiencias de otros. Es necesario trabajar sobre la nueva Constitución, cómo vamos a elegir al Presidente y cuales potestades tendrá, el sistema de control y balance, las medidas para hacer posible el crecimiento de la clase media, la transparencia en temas económicos, y otros aspectos.

Afortunadamente no hay que comenzar de cero. El señor Rafael Díaz Balart hizo una labor muy importante propiciando encuentro entre politólogos y expertos en varias ramas y hay constancia escrita de ello. Es importante reunir a toda la intelectualidad, consultar al ciudadano de a pie y caminar por ese rumbo. Y comunicar, comunicar, comunicar, que todos estén bien claros en el tema.

Estela Teresita Delgado

Monday, February 13, 2017

La ratonera




Los conflictos sociales producen heridas más difíciles de sanar que las producidas por armas blancas o armas de fuego. Al pasar el tiempo, esas heridas parecen más bien profundizarse, consolidarse y hacerse permanentes.

En el proceso de Cuba millones de personas fueron ofendidas profundamente, fueron heridas terriblemente. Ejemplo de ello fueron a los que le robaron el fruto de su trabajo de muchos años o el fruto del trabajo de varias generaciones, los que perdieron a un miembro de su familia por fusilamiento los que perdieron a miembros de sus familias en las montañas del Escambray, los que fueron repudiados, abusados, los prisioneros políticos, los rechazados; los que estuvieron en los campos de la UMAP. A los que le quitaron la oportunidad de estudiar la carrera de sus sueños o un buen trabajo por una verificación, los que recibieron una educación basada en mentiras, los que tuvieron que renunciar a su religión. En la actualidad los que son golpeados por manifestar sus opiniones, a los que les cobran altos impuestos, los que tienen que pagar sobornos para mantener sus negocios, los condenados a vivir en la miseria…La lista podría llevar varias páginas.

Todas esas personas que recibieron ofensas y fueron heridas tienen suficientes motivos para tener ese sentimiento, el tema es qué hacer con él.

Estuve escuchando la conferencia de un teólogo y dijo que la palabra ofensa viene del griego skandalon, al igual que se le llamaba al mecanismo de las ratoneras. La persona ofendida se inmoviliza y queda atrapado en esa ofensa. Otra característica de ese estado es que nos diluimos en batallas pequeñas como por ejemplo el vecino que dio una mala verificación o el jefe abusivo.

En el libro de Samuel se reflejan los detalles que antecedieron la batalla de David contra Goliat. Al preguntar sobre lo que estaba ocurriendo la reacción de su hermano Eliab fue:” ¿Por qué viniste para acá? ¿A quién dejaste encargadas las ovejas que tenemos en el desierto? ¡Ah!, ya sé, tú andas curioseando y buscando la ocasión para ver la batalla”. I Samuel 17:28

David hubiera tenido razón para emprender una discusión con su hermano que básicamente expresaba que él era poca cosa y no tenía nada que hacer allí. Conocemos lo que hizo David. Se concentró en su enemigo fundamental, triunfó y comenzó su camino hasta ser de Israel.

Los cubanos tenemos todos que concentrarnos en el enemigo mayor, un sistema comunista inoperante e incapaz que se sostiene solo para que el pequeño grupo que tiene privilegios los continúe teniendo.

De esta conferencia una de las enseñanzas que más que gustó fue que cada ofensa te da la oportunidad de crecer y fortalecerte más venciéndolas. Yo no quiero estar atrapada en amargura o alienada de mis raíces. Dejo atrás todas las ofensas y las heridas que he recibido en mi vida y le ruego a Dios que tenga misericordia al juzgar a los que las hicieron. Por otro lado, a los que he herido u ofendido sin saberlo o por estar equivocada le pido humildemente perdón.

 ¡Bendito sea Dios! Señor, ilumina al pueblo cubano para que en unidad, temple y valentía logre una sanación total del mal que nos hiere.

Estela Teresita Delgado

Saturday, February 4, 2017

Problemas del almendrón




Hace unos meses recomendé en mi blog el libro “La historia de mi vida” del cubano Sergio Morales. En una de las anécdotas cuenta el problema que se le presentó como secretario del sindicato de autos de alquiler particulares, específicamente a la piquera situada en Casa Blanca.

“El centro turístico estaba en la misma Fortaleza de la Cabaña, un castillo construido en la época colonial y donde aún funcionaba un regimiento con guarnición militar. Para llegar al puerto de La Habana, y viajar en unas lanchitas que los cruzaban hasta el puerto de Casa Blanca”.

“Los taxis se habían ubicado allí para servir a los turistas, por muchos años existía esa fuente de trabajo con un buen número de choferes”.  

 El presidente del Instituto de Turismo quiso ofrecerle un permiso oficial a un amigo para que operara ómnibus, lo que eliminaba los taxis. Este señor era también el administrador del puesto de la Habana y compadre del Presidente Fulgencio Batista.

Morales quiso conseguir apoyo de otros sindicatos y no la obtuvieron, incluso quisieron pagarle para que se callara. Los choferes se reunieron y escogieron un grupo. Tomaron una Iglesia, (algo que personalmente no apruebo), se atrincheraron allí, armaron un escándalo tremendo. Terminaron hablando con el jefe de la policía, el jefe del ejército y el Presidente Batista intervino personalmente. Lograron sus propósitos, conservaron sus puestos y pudieron seguir ganándose la vida.

Desde que tengo uso de razón el transporte en Cuba ha sido un desastre y por breves periodos se ha hecho menos malo. En los últimos tiempos ha surgido como una alternativa la opción de los particulares que ofrecen el servicio de taxis.

El servicio de esos autos viejos, a los que los cubanos llaman “almendrones”, no es barato para un cubano común, porque los salarios de un cubano común son realmente ridículos. Por otro lado, los choferes tienen que pagar licencias altas, altos impuestos, sobornos a la policía y otros funcionarios, mantener la mecánica y el estado del auto y finalmente la gasolina ha aumentado de precio. Eso ha provocado que el precio de los almendrones siga creciendo.

Los burócratas que no hacen su trabajo de garantizar el transporte público, se involucraron en regular el sector privado.  Hace unos meses el Consejo de Administración Provincial de Ciudad de La Habana implementó el acuerdo 185 estableciendo precios como los que estaban antes. Los choferes han respondido acortando los viajes, lo que produce que una persona para un viaje largo tenga que combinar dos o tres almendrones y perder muchísimo tiempo en la gestión.

Lo anterior ha traido como consecuencia que algunos choferes pierdan sus licencias y hay menos autos disponibles, La situación actual es muy insatisfactoria para todos.

Aquí les cuento cómo eran las cosas cuando las personas tenían el derecho a protestar y exigir sus derechos. Unos protestan contra los choferes, no con la misma energía con la que le exigen a la administración. Los choferes reaccionan cada uno como puede, y separados no tienen fuerza. . La vida sigue igual. El que tenga oídos, que oiga

Estela Teresita Delgado