Thursday, July 30, 2015

La guagua cubana (1ra Parte)


Los autobuses u ómnibus en Cuba reciben el nombre de guaguas.  El  trasladarse en guaguas es una experiencia singular, no solo porque sea necesario esperar por ellas durante varias horas bajo un sol intenso, estén sucias,  no tengan aire acondicionado lo que provoca que el calor dentro de ellas en ocasiones sea infernal, ni por el ruido del motor, el sonido de  radios, conversaciones de todo tipo, los olores mezclados indescifrables y demás. 
Lo verdadero único es que la cantidad de personas que pueden entrar en un ómnibus, un número misterioso que sería muy difícil de poder calcular. Luego que la persona logra montarse en una de ellas, lo importante es conservar el espacio, y si es posible mejorar. Lo ideal es poder aguantarse a un tubo que esté cercano, o estar de frente a una ventanilla por donde entre aire fresco, o al menos cerca de una de las claraboyas en el techo. Y una vez conquistado ese lugar, uno se aferra a él con pasión.
Si alguien manda a caminar hacia el fondo del autobús la respuesta por lo regular es: Camine usted, si quiere. A uno le prometen que allí se podrá encontrar más cómodo, pero nadie quiere arriesgarse y sigue agarrado del tubo. Si alguien quiere ir empujándolo a uno de poco a poco para tomar su puesto, la persona se rebela con bravuconería: Oiga, échese para allá, que no soy colchón.
Se pudiera hacer un ensayo sobre el comportamiento en el autobús, pero todo se reduce a conformarse con lo poquito a mano, el temor al cambio, el pelear por el espacio individual, la agresividad hacia cualquiera que ponga en peligros los pequeños logros obtenidos hasta el momento…Eso ocurre en la sociedad cubana.
La camarilla gobernante ha trabajado durante décadas a que las personas tengan un temor terrible a que el porvenir sea aún peor que el presente y el temor al cambio sea enorme.  Muchos se aferran a lo poquito que tienen, porque es lo único que pueden vislumbrar a corto plazo, y ese es lo que vale, porque el futuro siempre es incierto. Muchos cubanos están “pegados al tubo” por falta de información, por ser la única alternativa debido a situaciones familiares, personales o de otro tipo. Es humano, es normal, y hasta es lógico, dadas las circunstancias.
De todas maneras, el futuro es para todos, para los que se sacrifiquen y los que teman arriesgarse. Al fin y al cabo, el amor, incluso el amor a la patria, tiene que ser siempre voluntario. Cada cual debe dar lo que puede, tiene, y sobre todo lo que quiera. La lucha por la supervivencia nos toma mucho tiempo, la ayuda a la familia requiere esfuerzo(al fin al cabo la patria es primeramente la familia, los amigos y las cosas que amamos) Pero con que cada cual haga lo que pueda es ya mucho;  ya sea con un análisis que ofrezca un ángulo diferente, compartiendo una información que nos interese a muchos, dando comentarios en las redes sociales que ayuden a que otros se sensibilicen.
Miremos con amor y tolerancia a los pegados al tubo porque la patria es de todos.

Estela Teresita Delgado

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