Tuesday, July 4, 2017

Apuntes sobre un microbio conocido.




Les comparto un segmento de un libro fabuloso que habla sobre las dictaduras y como salir de ellas
del Instituto Albert Einstein. El diagnostico que traduzco a continuación en mi opinión se ajusta totalmente a la situación en Cuba.

“Desafortunadamente, el pasado continua con nosotros. El problema de las dictaduras es profundo. Personas de muchos países han experimentado décadas o incluso siglos de opresión, ya sea extranjera o doméstica. Con frecuencia se ha inculcado por largo tiempo un sometimiento incuestionable a las figuras de autoridad y los jefes. En casos extremos, las instituciones de la sociedad civil ya sean sociales, políticas, económicas o incluso religiosos, fuera del control del gobierno, se han debilitado o subordinado deliberadamente, o han sido sustituidas por otras instituciones que son regidas por el estado o el partido en el poder. Con frecuencia la población se ha atomizado (se ha convertido en una masa de individuos aislados) incapaces de trabajar unidos para lograr la libertad, incapaces de confiar los unos en los otros, o incluso hacer algo por iniciativa propia”,

“El resultado es predecible: la población se vuelve débil, le falta confianza en si misma, y es incapaz de ofrecer resistencia. Con frecuencias las personas están demasiado atemorizadas como para compartir su odio a la dictadura, su hambre de libertad, incluso con familiares y amigos. Con frecuencia las personas están demasiado aterrorizadas para pensar seriamente en la resistencia pública. ¿En todo caso, que utilidad tendría? En lugar de eso, enfrentan el sufrimiento sin propósito y un futuro sin esperanza”.

Estoy escuchando con frecuencia en estos días frases peyorativas sobre los cubanos, incluso diciendo que son unos cobardes. No es así. Ya se ha olvidado que hasta mil 1965 hubo más de 3000 hombres luchando en las montañas contra el comunismo y que en noviembre de 1959 más de un millón de católicos se manifestaron en la Plaza Cívica contra el comunismo.

Yo comprendo que son ignorantes que no saben lo que dicen y no me involucro en una discusión sin sentido. Compatriotas, lo que nos ocurre no es único, ya está diagnosticado. Es un proceso profundo y difícil de superar, pero juntos podemos.

Que Dios nos guie nuestros pasos.



Estela Teresita Delgado

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