Sunday, May 25, 2014

Milton Snavely Hershey y Cojímar


Páginas de Cojímar


Con frecuencia las miradas inteligentes  logran captar el valor de un lugar, y pueden ver lo  que para otros pasa inadvertido.  Eso le ocurrió a Milton Hershey cuando visitó Cuba, lo que hizo por primera vez en el mes de enero de 1916, fue lo que se dice, un amor a primera vista.

Veamos un poco de la historia personal de este hombre. Nació el 13 de Septiembre de 1857 en Pennsylvania. Sus padres se separaron cuando él tenía unos diez años de edad aproximadamente, tal vez eso influyó en que dejara la escuela a muy temprana edad y comenzó a trabajar a la edad de 14 años como aprendiz en una fábrica de caramelos. Pidió su primer dinero prestado cuatro años más tarde para abrir su primera tienda de confituras.

Ese fue sólo el comienzo de múltiples intentos de montar una empresa propia. En muchas oportunidades fracasó, pero se levantó y lo intentó nuevamente. Cuentan que cuando montó su fábrica en Lancaster, llegó el momento de pagar su préstamo y no podía hacerlo. Fue al banco y les dijo que no podía y que necesitaba más dinero. Invitó al funcionario del banco a su fábrica y este decidió confiar en él y puso su nombre como garante de un segundo préstamos. Cuatro años más tarde era uno de los empresarios más importantes de Lancaster.

Un aspecto muy importante de su obra fue su labor filantrópica.  En los lugares donde montaba sus fábricas construía escuelas, parques, iglesias, instalaciones  recreativas e incluso servicio de transporte. Trabajó prácticamente hasta el final de sus días, y se ponía a trabajar a la par de sus empleados.

Hershey no tuvo hijos propios, pero hizo mucho por los niños pobres. Cuando murió su esposa no se volvió a casar, viajaba con su fotografía adonde quiera que fuera.

Al llegar a Cuba  Hershey compró 150,000 metros cuadrados de terrenos en Cojímar y solicitó el servicio para establecer un ferrocarril de Casablanca a Cojímar. En 22 de febrero de 1923 comenzó el servicio del tren eléctrico entre esas dos localidades, y proveía 36 viajes diarios.

Hershey también  compró centrales azucareros existentes en varias localidades para construir nuevos y ya en 1920 comenzó a funcionar el Central Hershey. Allí construyó un pueblo modelo, con gran cantidad de servicios sociales para sus habitantes. El también construyó el ferrocarril que unía el Central con Casablanca, desde donde el azúcar se exportaba a los Estados Unidos. Construyó en otras localidades muchas escuelas para los niños pobres, viviendas para sus trabajadores y muchas instalaciones sociales.

Al otorgársele la Gran Cruz de la Orden Carlos Manuel de Céspedes el presidente Machado dijo: “Concedemos esta orden cuando va acompañada con parte de nuestra alma y nuestra admiración”

Las propiedades del conglomerado de Hershey, que incluía centrales, campos de henequén, fábricas y otros bienes fueron vendidas en 1946 a la Cuban Atlantic Sugar Company.




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