Saturday, May 24, 2014

Un rey en Cojímar



El pueblo de Cojímar es acogedor, tranquilo, suave como la brisa que recibe del mar, fresco como el aire que hace mover las hojas de los árboles, alegre como el color de las aguas que lo bañan, y se encuentra localizado a muy pocos kilómetros de La Habana.

            Todo lo anterior ha  provocado que por lo general casi nadie se mude de Cojímar por deseo propio, y además  muchas personas procedentes de otras partes del país y del mundo han decidido refugiarse en Cojímar.

Una de esas personas famosas fue el Sr. Ignacio Torres Adalid, conocido como el Rey del Maguey. Don Ignacio llegó a La Habana el 31 de julio del 1914 en un vapor procedente de Cayo Hueso. Muchos de los mexicanos que partieron al exilio luego de la revolución en ese país se quedaron en La Habana o estuvieron en tránsito en su camino a Europa. Don Ignacio optó por Cojímar, específicamente por el hotel Campoamor.

El hotel se encuentra en lo alto de una colina, y la vista que tiene de la playa, la ensenada del pueblo y los barcos que entran a la bahía es realmente privilegiada. Su construcción elegante y distinguida lo hacía aparecer como un castillo encantado, tal vez por eso era el destino preferido para las lunas de miel en aquellos tiempos.

Don Ignacio fue uno de los hombres de negocios más distinguidos de México. El modificó las maquinarias para la producción del pulque y construyó el ferrocarril de Decauville impulsado por una locomotora a vapor. Su labor de beneficencia y ayuda a los más necesitados también fue destacada.

Se dice que le llamaba a sus matas de maguey sus vacas verdes. Cuidaba tanto de sus plantas que se dice que cuando una estaba lastimada les hablaba y las acariciaba como si fuera un animalito o una persona.

El pulque es una bebida consumida en México mucho antes de la llegada de los españoles. Esta bebida alcohólica se obtiene de la fermentación del jugo aguamiel que se saca del agave o maguey.

Al caer el gobierno de Porfirio Díaz muchos haciendas fueron  ocupadas, y Don Ignacio, que había estado cercano al gobierno se vio afectado con la revolución. Cuando llegó a Cojímar había perdido a sus hermanos, a su esposa, estaba en edad avanzada y lidiaba con algunas dolencias que le habían quedado por haber estado enfermo de poliomielitis. Cojímar fue una caricia para el final de sus días.

Don Ignacio murió en el hotel Campoamor en el año 1915.

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