El General Antonio de la Caridad Maceo y Grajales es uno
de los más importantes héroes de nuestra patria. Obtuvo el grado de general por
su reconocida valentía, su estrategia y táctica militar y por su coraje.
Existen anécdotas realmente admirables de sus combates, pero
se pueden resumir en algunos números. Se calcula que participó en más de 600
acciones combativas, 200 de ellas de gran envergadura. En la guerra de 1895 recorrió
a caballo más de 1000 millas en menos de 100 dias y combatió en 27 combates. Al morir
llevaba en su cuerpo 26 cicatrices de guerra, 21 de las cuales se produjeron en
la contienda de 1868.
Poco se habla del pensamiento político de Antonio Maceo,
pero el general tuvo la inteligencia y la sabiduría de tomar decisiones políticas
muy importantes de gran trascendencia para nuestra patria.
1. Se rebeló en contra del Pacto del Zanjón,
en lo que se conoce históricamente como la protesta de Baragua. Supo concluir que
sin haberse logrado el objetivo de la independencia no era posible la paz.
Cuando el general Martínez Campos le dijo que rechaza el pacto porque no lo conocían
le respondió: “Si, y porque las conocemos es que no estamos de acuerdo”.
2. Nunca se dejó vencer por el desencanto
de los muchos fracasos que tuvo que enfrentar, y una y otra vez se involucró en
el proyecto de la independencia.
3. Fue disciplinado y aceptó la dirección de
Máximo Gómez y José Martí en aras de la unidad. En 1988 le respondió a José Martí
en una carta en lo relacionado a la independencia: “Estoy, pues, de acuerdo con
vosotros en este punto esencial y, desde luego, os aseguro que cooperare con
vosotros al mayor éxito de propaganda tan fecunda y patriótica”.
4. Se pronuncio determinantemente en contra
de la anexión de Cuba a los Estados Unidos, lo que en mi opinión fue muy acertado.
En una carta al coronel Federico Pérez Cabo escribió:
“De España jamás esperare nada; siempre nos ha
despreciado, y seria indigno que se pensase otra cosa. La libertad se conquista
con el filo del machete, no se pide; mendigar derechos en propio de cobardes
incapaces de ejercitarlos. Tampoco espero nada de los americanos; todo debemos
fiarlo a nuestros esfuerzos; mejor es subir o caer sin su ayuda que contraer
deudas de gratitud con un vecino tan poderoso”.
Al estallar la guerra de 1895 Maceo se encontraba en Costa
Rica, ya había hecho más que nadie, no necesitaba hacer nada pasar a la
historia, ya era un héroe. Pero Antonio Maceo dejo todo por la patria.
Hoy en el exilio hay muchos que no obstante no necesitar
nada material trabajan porque la República de Cuba sea un estado libre y democrático
que brinde prosperidad y oportunidad para todos. Algunos se preguntan cuáles
son sus oscuros propósitos, pero realmente lo que hay es algo muy claro:
patriotismo.
Estela Teresita Delgado
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